Los líderes europeos lanzan el debate este jueves sobre el futuro presidente de la UE
Blair y Balkenende se perfilan como favoritos para presidir la Unión cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete lanzarán a partir de este jueves en su tradicional cumbre de otoño el debate sobre quién será el primer presidente permanente de la UE, un nuevo cargo que se creará cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa.
El ex primer ministro británico, Tony Blair, y los primeros ministros de Países Bajos, Jan Peter Balkenende, y de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, parten como favoritos, aunque no se descarta que haya un candidato tapado que aparezca en el último minuto, como sucedió en 2004 cuando José Manuel Durao Barroso fue elegido inesperadamente como presidente del Ejecutivo comunitario.
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Sin embargo, la elección del presidente de la UE no figura formalmente en la agenda de la cumbre, y la discusión quedará relegada a los pasillos y los encuentros bilaterales entre líderes, según fuentes diplomáticas.
La presidencia sueca quiere esperar a que se aclare la situación en República Checa, el único Estado miembro que no ha ratificado el Tratado de Lisboa. Su presidente, el euroescéptico Vaclav Klaus, ha dicho que sólo firmará el texto si se concede a República Checa una excepción a la Carta de Derechos Fundamentales, que se convierte en jurídicamente vinculante gracias a Lisboa similar a la que ya tienen Reino Unido y Polonia.
Klaus alega que quiere protegerse así frente a posibles reclamaciones por las propiedades confiscadas a los alemanes de la región de los Sudetes tras la Segunda Guerra Mundial.
Para garantizar la ratificación de Praga, los líderes europeos aprobarán durante la cena del jueves una respuesta a la petición del presidente checo, que previsiblemente será una declaración política de que la Carta no se aplicará en República Checa. Esta declaración se formalizará luego en un protocolo adjunto al Tratado de Adhesión del próximo país que entre en la UE.
La presidencia sueca afirma que las discusiones sobre esta respuesta van en la "buena dirección", aunque persiste el riesgo de que la declaración checa sea bloqueada por países como Eslovaquia, Hungría, Austria o Alemania, que no quieren menciones a la situación creada tras la Segunda Guerra Mundial.
Los líderes europeos esperan que, tras satisfacer sus pretensiones, Klaus firmará el Tratado de Lisboa a principios de noviembre, una vez que el Tribunal Constitucional checo se haya pronunciado el próximo martes sobre el último recurso.
En ese momento, la presidencia sueca podría convocar una cumbre extraordinaria para formalizar los nombramientos, no sólo del presidente sino también del Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común y de los comisarios que acompañarán a Barroso en su segundo mandato.
Pero desde que está garantizado que Klaus acabará firmando el Tratado se han acelerado las negociaciones. El Gobierno británico ha dejado claro, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband, que respalda sin fisuras la candidatura de Blair. También le apoya expresamente el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Sin embargo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que fue el primero en promover a Blair, ya no es tan entusiasta, y se desconoce si la canciller alemana, Angela Merkel, está cómoda con el ex primer ministro británico, que dividió a la UE por su apoyo a la guerra de Irak.
Mientras tanto, los países del Benelux lideran el frente anti Blair con el argumento de que un país que no está en el euro ni en el espacio sin fronteras Schengen no puede ocupar la presidencia de la UE.
Así lo ha dicho el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que además en una entrevista al periódico Le Monde se autopostuló para ocupar el cargo.
Sin embargo, sus posibilidades de éxito son escasas tras sus recientes enfrentamientos con Sarkozy y Merkel a cuenta de su escasa reacción frente a la crisis económica y a la inclusión de Luxemburgo en la lista gris de paraísos fiscales de la OCDE.
Como tercera vía entre Blair y Juncker emerge en los últimos días la candidatura de Balkenende. De hecho, España ve con buenos ojos al primer ministro holandés como presidente permanente de la UE, ya que hoy por hoy es el candidato que parece generar un mayor consenso, según fuentes gubernamentales.
Si finalmente no cuaja la opción de Blair para presidir la UE, ganaría muchos puntos la candidatura de Miliband para ocupar el puesto de Alto Representante, aunque el jefe de la diplomacia británica se ha autodescartado. Entre los candidatos que suenan para este puesto se encuentra también el ministro de Exteriores sueco, el liberal Carl Bildt, que también se ha autodescartado para suceder a Javier Solana, cuyo mandato se prorrogará probablemente hasta que acabe el año.