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El 'violador del búho' acepta una condena de 250 años de prisión por 19 agresiones sexuales contra 18 mujeres

La policía detuvo a Isaac P.C. en 2008, tras siete años de búsqueda, gracias a la encerrona de una de sus víctimas.- Las víctimas quieren que se le aplique la 'doctrina Parot' para que cumpla íntegra la pena, como el 'violador del ascensor'

Isaac P.C, conocido como el violador del búho, ha aceptado una condena de más de 250 años de prisión por 19 agresiones sexuales, varios delitos de robo con intimidación y lesiones cometidos contra 18 mujeres tras alcanzar un acuerdo previo de conformidad el fiscal y la defensa del acusado para evitar que las víctimas tengan que pasar el calvario de recordar la experiencia traumática vivida entonces.

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La conformidad se pactó después de que el agresor sexual se declarara culpable de los delitos que se le imputan, cometidos entre 2001 y 2008 en la capital, Alcobendas, Coslada y San Fernando de Henares. No obstante, el juicio seguirá el próximo jueves con los informes periciales.

En cuanto a la condena, el acuerdo previo consiste en penar con 13 años y medio los delitos de violaciones en los que se utilizó arma frente a los 15 años de cárcel que pedía el fiscal, mientras que las agresiones sin arma se mantienen en diez años.

Respecto a la responsabilidad penal, las acusaciones particulares reclamaron cerca de 120.000 euros por cada víctima. En este tipo de casos es habitual que la Sala conceda indemnizaciones de entre 12.000 y 20.000 euros, atendiendo a las circunstancias de cada afectada.

Al término de la vista oral, las víctimas se apostaron a las puertas de la Sala para insultar a su agresor. "Te tenían que matar, ahí te mueras", le profirieron las afectadas, quienes ratificaron sus denuncias en la sala tras un biombo para no visionar a su agresor, diagnosticado por los forenses como psicópata.

'Doctrina Parot'

En la vista oral, la abogada Victoria Blanco y la letrada de la Asociación de Asistencia de Mujeres Violadas reclamaron a la Sección Decimosexta que se le aplique la llamada doctrina Parot para que cumpla el máximo de 20 años de cárcel que prevé la Justicia al no existir la cadena perpetua.

Esta doctrina, establecida por el Tribunal Supremo, consiste en que las redenciones de pena -beneficios penitenciarios- se resten de la suma total de la condena, es decir, de los 240 años y no de los 20 años de cárcel.

En cuanto a la jurisprudencia sobre esta teoría penal, la Audiencia Provincial de Burgos ya aplicó la doctrina Parot al conocido como violador del ascensor para impedir que saliera de la cárcel. Pedro Luis Gallego cumple prisión en la cárcel de Teixeiro (La Coruña) tras ser condenado a 328 años de prisión por 18 violaciones en Valladolid y Salamanca y dos asesinatos, el de la vallisoletana Leticia Lebrato y la burgalesa Marta Obregón.

Fin de una pesadilla

En los pasillos de la Audiencia, las víctimas hicieron piña para darse ánimos las unas a las otras. En su mayoría, se negaron a hablar con los periodistas. Sólo una de ellas, aseveró: "Ahora, podremos pasar página". Una de las madres manifestó que se acababa "una pesadilla" que será "difícil de olvidar".

Otra de las madres se preguntaba a las puertas de la Audiencia cómo actuará ahora la Justicia. "Ha hecho mucho daño. Queremos que cumpla la pena íntegra", reclamó, al tiempo que confió en que su hija "pueda ya levantar cabeza". De hecho, esta joven solicitó a la Sala que se le someta a un tratamiento psicológico al no poder superar el trauma. "¡Ánimo, pequeña!", le dijo otra de las víctimas.

La Policía detuvo a Isaac P.C., de 30 años, el 21 de enero de 2008 después de siete años de búsqueda. Una de sus víctimas le preparó una encerrona, que culminó con su detención. Tras su arresto como un agresor sexual más, se le tomaron muestras de ADN para remitirlas a la Policía Científica. Su perfil genético coincidía con las muestras de 15 agresiones sexuales atribuidas un violador múltiple apodado El Búho.

Este encofrador de Vallecas dejaba a su novia en casa y después iba a por sus víctimas, a las que esperaba cuando volvían a sus casas por la noche, en las zonas norte y este de Madrid. Una vez abordadas, les ponía una navaja en un costado, les exigía que no le miraran a la cara y las llevaba hasta un descampado próximo. Entonces, las violaba y sometía a toda clase de vejaciones.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Asistencia de Mujeres Violadas, Tina Alarcón, destacó el comportamiento agresivo y sadomasoquista del acusado, quien "usaba los genitales como arma".

"Su comportamiento no respondía a un impulso sexual. Era una persona violenta", recalcó Alarcón, quien hizo hincapié en que se trata de delitos de violencia de género acompañados de agresiones.

Primera denuncia

La primera violación denunciada se produjo el 8 de enero de 2001 en Arturo Soria. Según el fiscal, sobre las 7 horas, el procesado abordó a una menor cuando caminaba por las inmediaciones del Centro Comercial Arturo Soria Plaza Madrid.

Tras amenazar a la chica con una navaja, le dijo que no le iba a pasar nada si le acompañaba. Con el rostro cubierto con un pasamontañas, la llevó a un descampado, donde le sometió a diversas vejaciones sexuales.

La investigación durante esos siete años corrió a cargo del Grupo Tercero de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Las víctimas le reconocieron por los lunares que tiene en la cara y por su voz.

 
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