Clara Rojas: "El silencio es brutal"

La abogada colombiana Clara Rojas fue secuestrada por la guerrilla colombiana en 2002 cuando acompañaba a la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt en una gira por el sur del país. Ahora se encuentra en Madrid presentando su libro: "Cautiva. Testimonio de un secuestro", donde narra su traumática experiencia, el nacimiento de su hijo en cautiverio y la ruptura de su amistad con Betancourt

¿Qué pasó durante ese interminable cautiverio? ¿Cómo resistir el trato inhumano de la guerrilla? ¿Cómo soportar la indigencia total, el aislamiento, el riesgo permanente de morir? Y, en semejante contexto, ¿cómo reaccionar cuando se descubre que se está embarazada?. Clara Rojas narra su experiencia en su libro "Cautiva, testimonio de un secuestro"

Rojas considera que con la publicación de su libro perdona a sus captores y a las personas que le hicieron daño y cierra un capítulo de su vida que quiere dejar en el pasado. "El secuestro es algo que va quedando atrás, ahora quiero empezar a pensar en otros proyectos y a vivir para mi hijo", aclara.

Respecto a su distanciamiento con Ingrid Betancourt reconoce que fue el "silencio", a raíz de sus intentos fallidos de fuga, lo que terminó con su amistad. "Nos embargó el sentimiento de soledad y aislamiento. Afrontamos aquello con silencio para no hacernos más reclamos. El silencio es brutal", aclara sin titubear.

"Nos hemos visto como un par de veces pero nunca hemos podido hablar de esos detalles", puntualiza la abogada.

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En cuanto a su cautiverio, reconoce que el único momento feliz que tuvo fue cuando vio a su hijo por primera vez, aunque después se lo arrebataron.

Su libro

Entre los temas que aborda en su obra están el trauma del rapto, la vida cotidiana en cautividad, las tensiones entre los secuestrados, sus tentativas de evasión y las relaciones con los guerrilleros, así como su amistad con Íngrid Betancourt, que no resistió esa difícil prueba. El embarazo y el nacimiento de su hijo, Emmanuel, en pavorosas circunstancias. Su inmenso dolor cuando, ocho meses después, las FARC le arrebataron a su bebé.

Los tres años de lucha para reencontrarse con su hijo. Su euforia cuando, por fin, pudo tomarlo en sus brazos. Además de su perdón a su ex compañera política y de cautiverio