Javier Aguirre, en la picota

Corren malos tiempos por el Vicente Calderón. Tres derrotas consecutivas dejan al Atlético a diez puntos del líder y a siete de la Champions, descolgado notablemente del grupo de cabeza y cuando apenas se han disputado siete jornadas. Con cuatro partidos perdidos en tan escaso margen, y tras la ya habitual humillación en su propia casa ante el eterno rival, la paciencia parece colmarse y el hilo volverá a romperse por donde es más débil, el entrenador.

Javier Aguirre está en la picota. Tras perder con tres equipos de la, en teoría, liga del Atlético la situación es preocupante. Tras recibir seis goles contra el Barça, tres en los primeros ocho minutos, tocaba resarcirse. Tras encajar el año pasado en el derbi un gol a los 32 segundos, la concentración debía ser máxima para sacar el orgullo y la vergüenza.

Sin embargo, 34 segundos fueron los que el Atlético aguantó con la puerta a cero. Para más inri, tras conseguir en el 89 un empate muy sudado, los de rojo y blanco cometieron un penalti absurdo en el 96 y una nueva victoria para el Madrid. Y ya son nueve años sin ganar a su vecino de arriba.

Todo esto duele. Y mucho. Y en el Manzanares comienza a instalarse el tufillo de la destitución. El discurso de Aguirre ya cansa a algunos. El inédito cuatrivote utilizado por el mexicano para recibir al Real Madrid ha generado críticas por doquier, sobre todo porque, para usar tan original cuadratura del círculo, sacrificó a Simao Sabrosa, el jugador más desequilibrante de la plantilla junto a Agüero y, a la postre, el único que hizo soñar con un empate durante cinco minutos.

El rumor ya está lanzado. Liverpool y Villarreal dictarán sentencia. De esos dos partidos depende la continuidad o no de 'El Vasco' al frente de la inestable nave rojiblanca.

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