Ocio y cultura

José Carreras conquista Hyde Park en el apoteósico final de los 'Proms'

Carreras sedujo a los espectadores con varios temas líricos italianos, como 'Chitarra romana', de Eldo Di Lazaro

El tenor español José Carreras brilló este sábado en la última noche de los 'Proms', el popular festival de música clásica de la BBC, que cerró su edición 114 con la apoteósica celebración de cinco conciertos multitudinarios en el Reino Unido.

Carreras fue la gran estrella del espectáculo ofrecido en el Hyde Park de Londres, donde unas 40.000 personas -muchas tendidas sobre la hierba con cestas de picnic y pertrechadas de banderolas británicas- se rindieron a la inconfundible voz del tenor, en uno de los días más señalados del calendario musical de este país.

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El céntrico parque de la capital británica destacó como 'punto caliente' de la velada, junto al también londinense Royal Albert Hall, que ha acogido gran parte de los más de ochenta conciertos que han tenido lugar desde el pasado 18 de julio, cuando arrancó el festival.

Cinco macroconciertos

Más allá de Londres, la magia de los 'Proms' se dejó sentir en Belfast (Irlanda del Norte), Glasgow (Escocia) y Swansea (Gales) con sendos recitales al aire libre, toda vez que la BBC retransmitió los cinco conciertos por televisión, radio e Internet.

En Hyde Park, Carreras, que triunfó hace años como miembro de los legendarios 'Tres Tenores' (Plácido Domingo, el fallecido Luciano Pavarotti y él mismo), sedujo a los espectadores con varios temas líricos italianos, como 'Chitarra romana', de Eldo Di Lazaro.

A ritmo de tango

En un escenario flanqueado por dos pantallas gigantes, el tenor, vestido de solemne traje oscuro, como el manto de la noche que cayó sobre Hyde Park, se salió del repertorio operístico y sorprendió con una vibrante interpretación del tango 'Lejana tierra mía', del inolvidable Carlos Gardel, muy aplaudido por el respetable.

También cosecharon aplausos la soprano británica Lesley Garrett y el violinista de origen alemán David Garrett, apodado el 'David Beckham del violín'.

En ese programa de música clásica se abrieron un hueco los desenfadados sonidos de , una banda de tributo a ABBA que tocó canciones del mítico grupo sueco, como 'Mamma Mia' y 'Dancing Queen', muy entonadas y bailadas por los 'prommers', como se denomina cariñosamente a los aficionados al festival.

Momento para los clásicos

No muy lejos del parque, el público que abarrotó el Royal Albert Hall, cuya monumental arquitectura exterior parece evocar una plaza de toros, disfrutó de la magistral batuta de Roger Norrington al frente de la Orquesta Sinfónica de la BBC.

Obras de Beethoven, Wagner, Puccini y Verdi -entre otros compositores- provocaron una explosión de ovaciones constantes en el auditorio, que, como dicta la costumbre, agitaba con entusiasmo banderitas británicas y de otras naciones.

La desbordada pasión de las audiencias en los cinco conciertos volvió a demostrar el gran tirón popular del certamen, que enamora a los británicos -y a los turistas- tanto por el precio asequible de las entradas, que empieza desde cinco libras (poco más de seis euros), como por la variedad y calidad de sus propuestas musicales.

También Daniel Barenboim

De hecho, los 'Proms' atrajeron este año a músicos de la categoría del británico Simon Rattle, director de la Orquesta Filarmónica de Berlín, y del pianista argentino-israelí Daniel Barenboim, conductor de la West-Eastern Divan Orchestra, que fundó en 1999 al alimón con el político y pensador palestino Edward Said.

El clímax de la velada llegó cuando las pantallas gigantes de Londres, Belfast, Glasgow y Swansea conectaron con el Royal Albert Hall para escuchar las tradicionales melodías patrióticas, como la emotiva 'Marcha de pompa y circunstancia número 1', de Edward Elgar.

Al más puro estilo inglés

Los asistentes, algunos disfrazados con pintorescas pelucas de colores chillones, tomaron parte activa tarareando, silbando y acompañando con las palmas algunas de las canciones más conocidas, entre ellas la muy inglesa y pretenciosa 'Rule, Brittania!'. La fiesta culminó -cómo no- con el himno nacional, el famoso 'Dios salve a la reina', coreado con frenesí por la concurrencia.

Los 'Proms', cuyo nombre es una abreviación de 'promenade concert' (concierto de música clásica en el que parte del público permanece de pie en una zona reservada al efecto), dijeron adiós con un castillo de juegos artificiales que iluminó el cielo de Londres.

 
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