El Gobierno de Gordon Brown ampliará hasta más de ocho mil los soldados en Afganistán
El primer ministro británico y George Bush coincidieron al afirmar que todavía "queda trabajo por hacer" en Irak
El primer ministro británico Gordon Brown ha anunciado que ampliarán hasta más de ocho mil el número de soldados desplegados en Afganistán. Una ampliación de efectivos que se ha hecho pública el mismo día que el premier británico ha recibido al presidente George Bush, que continúa su despedida europea.
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El primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, despacharon las especulaciones acerca de sus diferencias en torno a Irak en una comparecencia en la que coincidieron en que "queda trabajo por hacer" hasta consolidar la democracia en el país y que cualquier repliegue de tropas deberá contar con el benepláctico de las autoridades militares.
Tras la polémica por la supuesta advertencia con la que Bush habría acudido a Downing Street ante la posible retirada de Reino Unido a finales de año, Gordon Brown aseguró en la rueda de prensa que ofrecieron de forma conjunta que no se pueden poner "plazos artificiales" y que su Ejército "continuará con el trabajo" que desarrolla en Basora, donde hay desplazados unos 4.200 hombres.
Progesos
Además, reinvidicó que se han conseguido "progresos", como prueban la inminente convocatoria de elecciones locales o la devolución del control del aeropuerto a las autoridades civiles, pero recalcó que "queda trabajo por hacer y habrá que continuar haciéndolo". "Tenemos la determinación", aseveró, después de la pasada semana trascendiesen las posibilidades de que su Gobierno anunciase la vuelta de los soldados a final de año.
Un dato que habría disgustado a Bush, según una entrevista publicada ayer por el diario ''The Observer'' matizada posteriormente por la Casa Blanca, y a la que el propio presidente norteamericano aludió hoy como "típica" información de prensa, cuando la realidad evidencia que Brown "ha dejado más tropas en Irak que las inicialmente anticipadas". "Y como yo, tomaremos nuestras decisiones en base a las condiciones sobre el terreno", aseveró, tras lo que retomó la fórmula de Brown, "sin un plazo artificial".
Decisiones militares, no políticas
En este sentido, apostó por "seguir las recomendaciones de los comandantes" y advirtió de que el futuro de las tropas "no puede estar dictado por políticos", puesto que, aunque ambos países "quieren traer a los soldados a casa, esta decisión debe adoptarse en base al éxito". "Eso es lo que hace Gordon Brown y es lo que yo hago", declaró, tras lo que zanjó: "No es ninguna sorpresa, ya lo dije ayer, no tengo ningún problema con cómo lleva el tema de Irak, es un buen socio",
Al respecto, Bush explicó que su "cuestión clave" radica en "si la estabilidad es más importante que las formas de Gobierno" y añadió que una "adecuada lectura de la historia enseña que la libertad puede llevar paz". Por ello, preguntado por si considera que debe alguna explicación por la operación de entrada en Bagdad que lideró en marzo de 2003 y sus posteriores consecuencias, declaró: "La historia juzgará tácticas".
Sin embargo, insistió en que la decisión de derrocar el régimen de Sadam Husein fue "lo correcto para la seguridad y la paz de 25 millones de iraquíes", que cuentan ahora con "una democracia". "Que no va a ser como la de América ni como la de Reino Unido, pero es una democracia que dará un gobierno receptivo para la gente", aseveró, y que, según él, ayudará a otras cuestiones de carácter internacional como la "cuestión iraní".