Ocio y cultura

La obra de Juan Muñoz en el Tate Modern

Incluye más de 70 obras fundamentales del artista exhibidas en catorce salas

Con sus enigmáticas figuras humanas que parecen vivas pero ausentes, Juan Muñoz (1953-2001) alcanzó el cénit de su carrera en la Tate Modern de Londres, que ahora homenajea al escultor español con su mayor retrospectiva en el Reino Unido.

Muñoz mantuvo un especial idilio con la Tate -un museo de arte moderno con el que, según dijo una vez, "todos los artistas del mundo sienten una cercanía emocional"- y con Londres, donde estudió arte y hasta trabajó de lavaplatos antes de alcanzar la fama.

No en vano, su último y aclamadísimo trabajo, la espectacular instalación 'Double Bind, respondió a un encargo para ocupar la colosal Sala de Turbinas de la antigua central eléctrica a orillas del río Támesis que alberga a la galería. "Aquí aún queda la memoria de 'Double Bind', que fue su obra más ambiciosa, tal vez la obra cumbre de su carrera. Fue su Capilla Sixtina", dijo hoy el director de la Tate Modern, el español Vicente Todolí, al aclarar que la falta de espacio ha impedido incluir en la retrospectiva esa enorme obra, de 155 metros de largo y 35 de alto.

'Double Bind' para el recuerdo

'Double Bind', una estructura de varios niveles con retablos de inquietantes figuras, culminó la corta pero meteórica trayectoria de Muñoz, truncada a la edad de 48 años por una muerte repentina en agosto de 2001, dos meses después de la inauguración de ese trabajo. Su súbito deceso sacudió al mundo del arte internacional, que ya le había acogido en el olimpo de los renovadores de la escultura figurativa contemporánea, merced a unas instalaciones con un denominador común: la ubicación de figuras humanas misteriosamente inquietantes en diversos entornos arquitectónicos específicos.

Con ese precedente tan emotivo como simbólico, la Tate Modern no ha dudado en rendir tributo a Muñoz con una gran retrospectiva que se presentó ayer a los medios de comunicación en presencia del ministro español de Cultura, César Antonio Molina.

70 obras del artista

La exposición, titulada sencillamente 'Juan Muñoz: Una retrospectiva' y muy aplaudida por la crítica británica, incluye más de 70 obras fundamentales del artista exhibidas en catorce salas. La muestra, que se abre al público hoy jueves, y podrá visitarse hasta el 27 de abril, abarca sus famosas esculturas e instalaciones, los sonidos y elementos de algunas de sus 'performances', así como sus "dibujos-gabardina" sobre espacios interiores domésticos.

Si en los años ochenta, Muñoz empieza representando escaleras, balcones y barandillas que, fuera de contexto, desafían la percepción del público, sus trabajos posteriores tendrán como protagonistas a desconcertantes enanos, muñecos de ventrílocuo y chinos sonrientes esculpidos en bronce, terracota o resina.

Una obra viva

Esos monigotes pueden verse en 'Many Times' (1999), una de las obras más conocidas de las que se exhiben en la Tate, en la que nada menos que cien esculturas de personas de origen chino -todos calvos, grises, sonrientes y sin pies- invaden una amplia sala, en la que están aparentemente inmersos en animadas charlas. Inspirado por la mirada que el pintor español Diego de Velázquez (1599-1660) dedicó a los enanos, Muñoz aborda este tema en obras como "Dwarf with a box" (1988), que se puede apreciar en Londres y reproduce a un hombrecillo subido a una mesa con una caja.

Esos trabajos, y muchos otros, demuestran que la obra de Muñoz "está muy viva" y "sigue sorprendiendo", tal y como comentó Todolí, al agregar que la Tate Modern adquirirá la obra "The Prompter" (1988), que integra la muestra y será donada por los herederos del escultor.

Sea como fuere, nadie duda de que Juan Muñoz, como opinó Vicente Todolí, "ya forma parte de la memoria histórica de la Tate Modern".

 
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