Japón prueba con éxito su nuevo sistema de defensa antimisiles
La prueba significa un éxito para Japón, pero también podría acarrear efectos negativos en sus relaciones diplomáticas al alterar el balance de fuerzas militares
Washington
Japón ha derribado con éxito un misil balístico en el espacio sobre el océano Pacífico, en su primer test para probar su nuevo sistema de defensa antimisiles diseñado por Estados Unidos, según informó hoy el Ministerio de Defensa nipón. La prueba se enmarca dentro del plan para levantar un escudo antimisiles que proteja a Japón de posibles agresiones externas, un proyecto que se aceleró después de que Corea del Norte lanzase en el verano de 2006 varios misiles al mar.
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Japón se convierte en el segundo país tras Estados Unidos que prueba este nuevo sistema que combina la detección de misiles Aegis, del que también dispone España, y el interceptor de misiles Standard Missile 3 (SM-3), según informó la agencia local Kyodo.
La prueba significa un éxito para Japón, pero también podría acarrear efectos negativos en sus relaciones diplomáticas, según los expertos, al alterar el balance de fuerzas militares en el extremo oriental de Asia, una región que engloba también a China y Rusia.
La prueba se realizó con la ayuda de la marina estadounidense, que fue la encargada de lanzar el misil de medio alcance que fue interceptado.
El proyectil fue lanzado desde una base militar de Estados en el Océano Pacífico, y el barco "Kongou" de las Fuerzas de Auto Defensa niponas, que navegaba a varios cientos de kilómetros, detectó el misil y disparó un interceptor SM-3.
Recelos en Japón
La neutralización tuvo lugar a más de 100 kilómetros sobre la superficie terrestre, a las 7.12 horas de Japón del lunes (23.12 GMT, del domingo).
El sistema SM-3 está diseñado para interceptar misiles balísticos fuera de la atmósfera de la tierra y es una de las dos capas de protección del escudo antimisiles japonés. La otra es el sistema de misiles tipo Patriot PAC-3, que se lanza desde tierra y está preparado para actuar en caso de que el SM-3 no alcance su objetivo.
Para el año 2010 Japón tiene previsto instalar un total de treinta lanzaderas PAC-3 en diez bases militares, situadas en el centro y el sur del archipiélago nipón, además de dotar a cuatro buques de su marina con los sistemas Aegis y SM-3.
La compatibilidad de sistemas equivale a una integración de las fuerzas antimisiles de Japón y Estados Unidos, lo que produce recelos entre los defensores de la Constitución pacifista de Japón, que desde la II Guerra Mundial prohíbe al país participar en sistemas colectivos de defensa y conflictos internacionales.