Cadena perpetua para el 'Maníaco del Martillo'
El ruso Alexandr Pichushkin es culpable de 48 asesinatos que han conmocionado al país
La Justicia rusa ha condenado hoy a cadena perpetua al asesino en serie Alexandr Pichushkin, conocido como el "Maníaco del Martillo", por 48 homicidios y tres intentos de asesinato.
"Con el fin de restablecer la justicia social y evitar la comisión de nuevos crímenes, esta corte condena a Pichushkin a la cadena perpetua", reza el fallo del Tribunal Urbano de Moscú, según las agencias rusas. El juez Vladímir Úsov justificó el veredicto por "la extraordinaria peligrosidad para la sociedad" del asesino en serie, cuyos crímenes han conmocionado a los rusos.
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El 24 de octubre pasado un jurado popular había declarado a Pichushkin culpable de 48 asesinatos, en su mayoría cometidos en el parque moscovita de Bitsa con la ayuda de un martillo.
De empleado de supermercado a asesino en serie
Pichushkin, antiguo empleado de un supermercado de 33 años, ha reconocido su culpabilidad, aunque no se ha arrepentido e insiste en que asesinó en total a 60 personas, lo que aún está siendo investigado por la Fiscalía.
El juez subrayó que Pichushkin estaba en pleno uso de sus facultades mentales cuando cometió los asesinatos. Durante el proceso el maníaco confesó que quería llegar a 64 asesinatos, tantos como casillas tiene un tablero de ajedrez, por ello se le conoce también como 'el asesino del ajedrez'.
Pichushkin cometió la mayoría de sus crímenes con la ayuda de un martillo, con el que golpeaba a sus víctimas hasta que éstas dejaban de dar señales de vida y las arrojaba a los pozos de alcantarillado.
14 años de historial delictivo
Su primer asesinato lo cometió en 1992, cuando con 18 años recién cumplidos empujó por la ventana a un amigo del colegio, con el que se disputaba el amor de una compañera, y el último, en junio del pasado año, cuando acabó con la vida de una conocida.
La policía dio con su pista pocos días después gracias a un mensaje de un contestador en el que una de las asesinadas le decía a su hijo con quién y adónde iba a pasear, y le daba el número de teléfono de quien sería su asesino.
"Si no me hubieran pillado, nunca habría parado. Nunca. Salvaron la vida de muchas personas", declaró el homicida durante el proceso.
Es el asesino en serie más mortífero de Rusia desde Andrei Chikatilo, que fue condenado en 1992 y ejecutado por matar a más de 50 personas. Rusia tiene actualmente una moratoria sobre la aplicación de la pena de muerte.