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La policía halla "contradicciones" en el testimonio del militar tiroteado y descarta que fuera obra de ETA

La hipótesis que cobra más fuerza es la de que el militar fuese atacado por un problema personal

Los investigadores han descartado que la banda terrorista ETA esté detrás del tiroteo de un militar anoche en San Sebastián. El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, afirmó esta mañana que existían "puntos oscuros en los hechos" y que la declaración de la víctima -el sargento M.R.V., de 28 años- estaba llena de "contradicciones".

"Hay afirmaciones [del militar] que no han podido ser contrastadas con testigos", ha afirmado Mesquida. Finalmente, las pesquisas realizadas desde anoche por la policía vasca han conducido a descartar la participación de ETA en el incidente.

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Fuentes de la investigación también han señalado que el suboficial fue detenido el pasado 20 de julio por resistencia a la autoridad después de que se enzarzase en una pelea con otro militar.

El militar, de 28 años, ha recibido el alta durante la tarde el martes, tras haber sido operado en el Hospital Donostia para limpiar la herida producida por la bala, que tenía el orificio de entrada por la parte delantera del hombro izquierdo y de salida por la zona del omoplato, según ha informado el Servicio Vasco de Salud.

Antes de la comparecencia de Mesquida, fuentes de la lucha antiterrorista ya habían señalado que el modus operandi del ataque no se correspondía con el habitual de ETA, ya que la banda suele perpetrar este tipo de atentados por la espalda, con un disparo en la nuca, mientras que el militar recibió un disparo de frente. El militar resultó herido en el hombro izquierdo anoche cuando se dirigía a la residencia militar de Martutene, en la que reside, según el departamento vasco de Interior.

Un solo agresor

Según las primeras declaraciones del herido, el militar fue abordado de frente por una persona que le disparó en el hombro cuando caminaba por el paseo de Uba. El sargento aseguró en sus primeras declaraciones en el hospital que recibió un disparo por parte de una persona que le abordó de frente. M.R.V. le contó a la Ertzaintza que tuvo tiempo de desviar la mano de su asaltante, que supuestamente le apuntaba a la cabeza y forcejear con él. Fue entonces cuando recibió el disparo. Añadió que mientras caía tuvo tiempo de agarrar su propia arma y hacer al menos dos disparos contra su agresor, que había huido a la carrera por la oscuridad. El hombre, en ese momento, tomó su teléfono y llamó a los servicios de emergencia y a una familiar suya en Cantabria. Esta versión contrastaba con la facilitada por fuentes de la lucha antiterrorista, que apuntaron en un principio que fueron dos individuos quienes siguieron al suboficial y que efectuaron dos disparos contra la víctima, quien repelió a tiros la agresión.

Por otro lado, la munición utilizada para disparar al sargento del Ejército de Tierra es del calibre nueve milímetros parabellum, habitualmente utilizada por ETA, aunque no es suficiente para atribuir la autoría a la banda, según fuentes de la lucha antiterrorista. Tampoco se ha confirmado que el suboficial repeliera a tiros la agresión.

 
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