Sergio García, líder del Open Británico tras la primera jornada
Sergio García volvió a ser plenamente feliz tras la primera ronda del torneo de Grand Slam que más le atrae y de mayor prestigio en el golf, el Abierto Británico que hoy comenzó en Carnoustie (Escocia), al completar una vuelta antológica que le llevó como un coloso hacia el liderazgo del torneo.
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La experiencia se empeña en proclamar que la vida da vueltas, a veces tantas como una ruleta de casino, y García, que lloró desconsoladamente sobre el hombro de su madre el primer día de este mismo torneo y escenario en 1999 al firmar 89 golpes (+18), cuando pensaba que el mundo estaba a sus pies con sólo 19 años, hoy estiró su sonrisa de lado a lado para cobrarse sobrada venganza, tras sellar una tarjeta con 65 golpes (6 bajo par).
El español caminaba hacia su bola en mitad de la recta final del hoyo 18 como si nada hubiera hecho. Con un jersey grueso de lana beis y manos en los bolsillos por el frío verano escocés, el español charlaba en su caminata como si tal cosa con uno de sus compañeros de partido, pero con el ademán del golfista que sabe que su "swing" ha funcionado con precisión.
Sólo el marcador delataba al español: seis abajo, liderato en solitario y dos golpes mejor que el segundo clasificado, el irlandés Paul Mcginley.
García, de 27 años, se ha convertido en la primera referencia de la competición de golf más prestigiosa y longeva del planeta. Su juego inicial fue antológico. El jugador español se sacó hoy de raíz aquella espina del 99, también en la primera vuelta a este campo y que este año se ha presentado más benévolo que hace ocho, cuando se jugó por última vez en Carnoustie.
Con un juego brillante, rectilíneo, preciso en el ataque a los "greens" y sublime con ese nuevo "putt" largo, adosado a la barriguita, García ha colocado la primera piedra en busca de su primer título de Grand Slam.
Seve Ballesteros forjó su leyenda levantando Jarras de Plata.
Hasta tres veces alzó el preciado trofeo. Tres días después del anuncio oficial de la retirada del maestro Seve, es García quien salta a las páginas de los diarios como la nueva estrella que emerge de un pozo de más de dos años sin victorias.
García, del que tan pronto se dice que no tardará en ganar un Grande como se le critica y sanciona por escupir a un hoyo, puso desde luego en Carnoustie la primera piedra para labrarse esa gloria que es esquiva, en general, a los jugadores europeos en Grand Slam desde el último triunfo registrado por uno de ellos precisamente en Carnoustie''99, cosechada por el escocés Paul Lawrie (hoy 73 golpes).
El espectáculo en el primer día no lo ofreció Tiger Woods, Phil Mickelson, Jim Furyk, Ángel Cabrera, KJ Choi ni Ernie Els, todos montados en el dólar y, eso sí, de las mejores piezas del puzzle golfístico mundial. Ninguno de esos candidatos, sin embargo, falló hoy, pero el recital y el golf total emergió de la bolsa de palos del joven jugador de Borriol.
Seis "birdies" sin fallos hasta el hoyo 15 fueron la tarjeta de visita de García. Un error en el 16 atemperó su acometida, pero no evitó que el español reventara las estadísticas de calles atrapadas y de "greens" en regulación, pero sobre todo hizo lo que se le resiste desde hace tiempo: usó el ''putt'' de manera prodigiosa.
Sin estridencias, concentrado y muy paciente, el jugador castellonense fue encadenando aciertos a cada golpe, por lo que en el hoyo 13 adelantaba en el marcador al hasta entonces líder con -4, el irlandés Paul McGinley.
Después del citado "bogey" del hoyo 16 vino un "birdie" genial en el 17. La recta final de García fue como la de un pura sangre entrando en la meta del hipódromo de Ascot, a quien ni su última visita a un "bunker" del hoyo 18 le privó del liderato tras sacar la bola de la tierra de manera magistral y acariciar la pelota con el "putt" como un orfebre remata su obra de arte.
García pondrá a prueba su templanza para sostenerse en los puestos de cabeza de un torneo que se decidirá el domingo. Su excelente juego no empañó el buen trabajo del otro español en competición, Miguel Ángel Jiménez, quien firmó 69 golpes (2 abajo) para compartir la octava plaza con Tiger Woods, éste el favorito del torneo.