Un escritor 'linchado' por sus personajes
Varios vecinos del escritor francés Pierre Jourde intentaron lincharle por verse reflejados en una de sus novelas
Contar los secretos de un pequeño pueblo casi deshabitado en el centro de un país como Francia no tiene por que llevar al linchamiento de su narrador. Salvo que la historia sea real, no deje bien a sus protagonistas, se lleve a las estanterías y su escritor, natural del pueblo, vuelva de vacaciones. Eso ocurrió en Lussaud (Cantal, centro de Francia). La novela la firmó el escritor Pierre Jourde en 2003 bajo el título Tierra perdida. Hoy, según publica Le Figaro, se inicia el juicio por intento de asesinato en un tribunal de Aurillac (Cantal).
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Junto a escenarios de estiercol y ganado, inviernos en donde nada se podía hacer, Pierre Jourde desvela en su libro lo que era un secreto a voces entre los vecinos de Lussaud: historias de sexo y adulterio, hombres y alcohol, soledad, y relaciones sanguíneas no conocidas.
En 2004, un año después de publicar L'Esprit la novela y después de saber por amigos que los vecinos de su, entonces, pueblo de veraneo empezaban a lanzar amenazas a viva voz, Jourde decidió explicar en una carta su intención al escribir Tierra perdida: mi primera intención, recoge Le Figaro, era "evocar la historia de mi padre, para el que Lussaud fue el lugar más importante de el mundo".
Pese a la explicación y ya en el verano de 2005, a Jourde y a su familia le aguardaban seis o siete vecinos a la entrada del pueblo en lo que parecía una emboscada bien organizada. Piedras sobre el coche, roturas de cristal, heridas a un bebé de 15 meses, histeria e insultos que llevaron al escritor a demandar a sus personajes por intento de asesinato.
Historias confindeciales públicas
El pecado del escritor fue revelar en una novela lo que se había contado de boca en boca y de forma confidencial durante decadas. Historias como la de dos vecinos cuyos padres mantuvieron un romance secreto al margen del matrimonio y que sólo conocieron después de leer la obra. Para entonces, esos dos vecinos ya habían contraido matrimonio. Hoy, los secretos de Lussaud volverán a ver la luz ante el tribunal.