Duelo fratricida entre Nadal y Ferrer en las semifinales del Godó
Rafa Nadal, número dos del mundo, se ha desecho sin excesivos apuros del italiano Potito Starace, sumando su victoria consecutiva número 70 en tierra batida. El tenista mallorquín sólo necesitó dos set (6-2, 7-5) y apenas tuvo problemas en el segundo, cuando el transalpino logró romperle su saque e igualar a cinco. El español David Ferrer, quinto cabeza de serie, ganó al argentino David Nalbandián (7-6 y 6-2) con lo que habrá duelo fratricida en semifinales del Conde de Godó.
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El número dos del mundo encontró en Starace un rival más valiente y agresivo que los dos anteriores de esta semana en Barcelona (Kristof Vliegen y Thomas Johansson) y por primera vez le rompieron el servicio, en el décimo juego del segundo set (5-5), después de que Nadal hubiera hecho lo propio y parecía haber liquidado el partido, aunque al siguiente el manacorí rompió nuevamente el saque del italiano y se adjudicó la victoria.
Nadal tuvo ante Starace, número 65 en el ránking, su partido más largo de la semana en esta edición del Godó, de una hora y 41 minutos, y el primero en que tuvo que recurrir a sus mejores golpes en momentos determinados. Por primera vez en este Godó, concedió bolas de ''break'', un total de cuatro, de las que salvó las tres primeras, en que perdía por 2-1 y 4-3, y perdió su servicio en el cinco a cinco que retrasó su victoria.
Fue, en cualquier caso, una nueva muestra del poderío y la confianza de Nadal, otro triunfo inapelable del número uno del tenis español, que camina firme hacia su objetivo de repetir por tercer año el éxito en Barcelona, como ya hizo la semana pasada en el Masters Series de Montecarlo, donde derrotó al número uno del mundo, Roger Federer, y como también aspira a lograr este año en Roma y en Roland Garros.
David Ferrer vengó a su compatriota Carlos Moyá, que ayer cayó ante Nalbandían, y fulminó al argentino en una hora y 25 minutos de juego para meterse por primera vez en la penúltima ronda del Godó.
El alicantino, sin embargo, no lo tuvo fácil en el primer set. Ni su adversario ni él dispusieron de una sola pelota de ruptura, por lo que la primera manga tuvo que resolverse en el desempate.
Un Ferrer más centrado se llevó el desempate por 7-5, y Nalbandían, que por entonces ya empezaba a ''pelearse'' con su raqueta -la estampó contra el polvo en más de una ocasión-, pareció esfumarse del partido.
Ruptura de servicio
El español logró en el primer juego del segundo set lo que no había logrado durante toda la primera manga: romper el saque de su adversario.
A partir de ahí, la figura de Ferrer se fue agrandando en la misma proporción que menguó la de Nalbandían, dominado en cada punto y enrabietado cada vez que una derecha suya no pasaba la red.
Otra ruptura del tenista de Jávea en el sexto juego del segundo parcial decantó definitivamente el set a su favor, que cerró con su saque (6-2) para llevarse el partido y enviar para casa al cuarto favorito del torneo.
