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Reportaje:

Aceitunas 'españolas' en Brasil

Primera cosecha en Rio Grande do Sul con olivos y tecnología del otro lado del Atlántico

Olivos españoles, aliados a la tecnología española y la iniciativa brasileña, han permitido que agricultores del sureste de Brasil obtengan su primera cosecha comercial de aceitunas en un país que importa grandes cantidades de aceite de oliva.

Seis años después de lanzar el proyecto, agricultores, técnicos y alcaldes, con las canastas bajo el brazo, iniciaron la cosecha en este municipio del Estado de Rio Grande do Sul.

Su objetivo es montar una cadena de producción que abarque desde la plantación de los árboles hasta el envasado del producto y sustituir parte de las importaciones de aceite de oliva.

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El pasado año, las importaciones brasileñas de aceite de oliva virgen representaron 66 millones de dólares, según el Ministerio de Comercio Exterior brasileño. Casi la totalidad procede de cuatro países: Portugal, España, Argentina e Italia.

Los agricultores, que hace dos años crearon el primer grupo de productores de olivo de Brasil, la Asociación de Olivicultores de Caçapava do Sul, quieren para dentro de cinco años llegar a producir 100.000 litros de aceite al año.

El presidente de la Asociación de Olivicultores de Caçapava do Sul, Guajará Oliveira, indicó que aunque ese año el volumen de aceitunas no sea significativo, es la primera señal de que la región ha empezado un camino sin retorno hacia la producción de aceites de muy buena calidad.

"Nos estamos creando un dulce problema. Después de esos primeros árboles que planté en 2003 y que ahora no darán más que 50 kilos, hemos cultivado casi cien hectáreas y esperamos llegar a las 200 para fines de año. Tendremos que instalar un molino para hacer el aceite", dijo Oliveira.

De momento la preocupación de los agricultores reunidos por la asociación es lograr un apoyo gubernamental más amplio, que les facilite la obtención de financiación específica para el cultivo de olivos y que les ayude a formar técnicos especialistas.

Hasta ahora, la olivicultura aún suena como algo ajeno a estos campos de la sierra del sureste de Rio Grande do Sul, punto en donde comienza la pampa, y sólo hay un ingeniero agrónomo entrenado en este área, salido del Centro de Información y Formación Agraria, de Jaén (España).

"Aquí cultivamos árboles arbequín, que dan un aceite muy suave, al gusto del paladar brasileño", explicó el presidente de la AOC.

El plantío se hace con olivos obtenidos por la mejor tecnología genética de la empresa Agromillora Catalana, de Barcelona.

La intención de los 35 agricultores involucrados en el proyecto es empezar a extraer aceite en 2009 e instalar un molino en 2011. Tarea para la cual piensan traer tecnología española, pero no una inversión directa que les quite el control del producto final.

Aunque podrán extraer su primer aceite en dos años, la producción a escala más industrial necesita entre 10.000 y 15.000 kilos de aceitunas por hectárea, cantidad a la que esperan llegar en 2011.

 
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