La gallega detenida en Cancún durante su luna de miel posa desnuda en una revista
Estuvo detenida durante una semana en México tras descubrirse explosivos y armas en su maleta
Ana María Ríos, la joven pontevedresa que fue durante dos semanas de octubre centro de atención de los medios tras su arresto durante su luna de miel en Cancún, ha reaparecido. Esta vez, desnuda en la portada de la revista Interviú. "Me avergüenza más que toda España me viera esposada que desnudarme", afirma en la publicación la joven de 26 años que hace una narración detallada de su experiencia en la cárcel donde acabó al encontrarse armas en la maleta con la que viajaba.
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En un reportaje escrito en primera persona, la joven explica la historia de su viaje, la detención y "la pesadilla" en la que se vio envuelta. Ríos narra su paso por los calabozos del aeropuerto donde la detuvieron, su traslado a la cárcel y su liberación final. Entre medias se pregunta "¿Quién me devuelve los 30.000 euros que me ha costado esta aventura?."
"Una semana atrás, mi marido y yo habíamos llegado a Cancún llenos de ilusión", empieza el relato. Después explica cómo sucedió su primera noche en el calabozo ("de pronto me encontré en un calabozo, sola y llornado, desesperada por el pánico y miedo que sentía"); hasta que al día siguiente llegó "Marcos acompañado por el cónsul, Javier Marañón". Ríos asegura que le partía el alma ver "los ojos verdes" de su esposo "enrojecidos y su cara cansada".
"Sabía que debía mantenerme serena para poder pensar en soluciones y convencerles de mi inocencia", asegura que pensaba mientras le tomaban las huellas dactilares y le hacían un reconocimiento médico. "Las cuatro paredes desnudas y frías eran un reflejo de mi alma", asevera.
Traslado a la cárcel
Un "ataque de histeria" le sobrevino al saber que le iban a trasladar finalmente a la cárcel y que no había posibilidad de fianza para quedar en libertad. Asegura que le sorprendió ver a tantos periodistas en el momento de ir a declarar ante el juez y está convencida de que todos creían en su inocencia. Revela que para hacérselo "más fácil" el Cónsul logró que la recluyeran en la enfermería (que "parecía cualquier cosa menos eso") y que el director de la prisión (un "hombre muy amable" que creyó en su inocencia "desde el principio") le trajo tabaco.
Resalta que su novio, Marcos, podía visitarla "de vez en cuando" y que juntos rezaban. "Aunque habíamos abandonado un poco nuestra fe, en aquellos momentos de desesperación se convirtió en nuestra mejor aliada", dice. Asegura que su madre fue fundamental para superar esos días y que tras su llegada a México el tiempo empezó a pasar más deprisa.
Se pagó la fianza y pudo por fin ser, tras ocho días de cárcel, liberada. Recuerda el baño que se dio al llegar al hotel y que "duró horas" y el recibimiento que tuvo "en Santiago de Compostela". Afirma que "no guarda rencor porque no hay nadie en concreto a quien culpar" y, eso sí, recuerda al personal del consulado que lucharon para hacerla "una mujer libre".
Las exclusivas
Sobre las acusaciones de vender exclusivas se defiende. "Económicamente mi calvario mexicano ha sido un desastre", afirma, "he tenido que pagar para demostrar mi inocencia. Y la verdad: yo no tengo la vergüenza en los pechos". Además destaca que siempre ha querido salir en Interviú.
Ana María Ríos es de Arcade, una localidad pontevedresa de 4.000 habitantes en la que regenta una peluquería. Asume las críticas que le van a llover por haber salido desnuda en la revista. "¿Me van a pagar ellos la hipoteca?", concluye.
De luna de miel a pesadilla
La historia de Ana María Ríos mantuvo en vilo a muchos españoles que se identificaron con la pareja gallega a pesar de lo rocambolesco de su situación. La pareja de novios, como hacen otras miles durante todo el año, había llegado a Cancún el 9 de octubre pasado para disfrutar de su luna de miel. Sin embargo, Ana María y su marido vieron cómo un desafortunado incidente, aún no aclarado, hizo que un viaje de placer a esa localidad caribeña de México se convirtiera en "una pesadilla". En su equipaje apareció un detonador y varios cartuchos percutidos.
Tras la intervención de las autoridades consulares españolas, Ana María Ríos quedó en libertad, pero después de pasar una semana en una cárcel mejicana. Finalmente pudo regresar a España "orgullosa de su país", como aseguró al llegar al aeropuerto.