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Litvinenko acusa a Putin de su muerte en una carta póstuma

Putin declara que no ha visto ninguna prueba que demuestre que se trató de "una muerte violenta" y califica la muerte como una tragedia

El ex agente de la KGB dejó una carta póstuma a padre en la que acusaba al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, de asesinarle. Hoy, su padre la ha leído a la prensa. "Puedes haber conseguido silenciarme, pero este silencio tiene un precio. Te has mostrado como uno bárbaro y como uno despiadado, tal y como tus más hostiles críticos claman", anuncia en su comunicado.

"Puedes haber tenido éxito silenciando a un hombre. Pero un aullido de protesta de todo el mundo retumbará, señor Putin, en sus oídos para el resto de su vida. Puede que Dios le perdone lo que ha hecho", concluye.

Sin pruebas, según Putin

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Antes del hallazgo, el presidente ruso, Vladimir Putin, había calificado la muerte del ex espía ruso en Reino Unido como una tragedia, pero aclarando que no ha visto ninguna prueba que demuestre que se trató de "una muerte violenta".

Putin, que transmitió sus condolencias a la familia de Alexander Litvinenko, ha declarado que los documentos médicos británicos no muestran "que fuera un resultado de violencia". "No se trata de una muerte violenta, así que no hay ninguna base para especulaciones de este tipo", ha añadido.

"Los cabrones lo han conseguido"

"Esto demuestra que lo que se ha estado diciendo es verdad", señalaba el ex agente de los servicios secretos en referencia a las acusaciones vertidas contra los servicios secretos rusos, el FSB, a los que acusa de ser los responsables de una serie de atentados contra bloques de viviendas en Moscú en 1999. Estos atentados pudieron ser determinantes en la victoria electoral que llevó a Vladimir Putin al Kremlin, según asegura Litvinenko en su libro El FSB explota Rusia.

"Quiero vivir sólo para que lo vean", afirmaba Litvinenko entre susurros. "Los cabrones lo han conseguido conmigo, pero no lo conseguirán con todos". El ex espía ya había expresado su convicción de que no podría ganar su lucha contra el deterioro de todos sus órganos vitales.

Litvinenko aseguró que creía haber sido envenenado el pasado día 1 de noviembre, tras una reunión secreta con dos contactos rusos, tras cenar en un restaurante japonés con Mario Scaramella, un experto en seguridad. Según afirmó Scaramella se había reunido con Litvinenko para enseñarle algunos correos electrónicos en los que se identificaba a los asesinos de la periodista Anna Politkovskaya.

 
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