Ocho meses después, el proceso de paz está estancado

Cuando se cumplen ocho meses desde del alto el fuego de ETA, el bloqueo de la situación es lo único en lo que coinciden las dos partes protagonistas de este proceso. Fuentes de los partidos democráticos implicados han reconocido a la Cadena SER que, aunque mantienen el optimismo, trabajan también con el escenario de una marcha atrás de ETA que llega a verbalizarse y que plantearía un largo período de violencia. Alguno de ellos habla de un 70% de posibilidades de que el proceso fructifique frente a un 30% de que ETA rompa la tregua.

En la base de la crisis, la falta de entendimiento entre Gobierno y ETA para arrancar sus conversaciones oficiales que, de hecho, no han comenzado más allá de los contactos previos. La situación se ha complicado por la recuperación del discurso de máximos desde la ilegal Batasuna que, tras un verano crítico, volvió a poner encima de la mesa la exigencia de territorialidad y la autodeterminación situándose con ello en un escenario 'pre-Anoeta'. Y todo esto unido a la pretensión de ETA de dirigir la estrategia política de Batasuna y actuar como garante del proceso.

Asuntos todos ellos que han llevado al Gobierno Zapatero y a las fuerzas democráticas vascas a plantarse endureciendo sus mensajes. De hecho, a día de hoy, no hay previsto ningún nuevo contacto aunque se mantienen abiertas las puertas al dialogo. Fuentes de las fuerzas democráticas especulan con la posible división de opiniones entre los dispuestos a dejar la violencia y los que no, no sólo en la propia ETA, sino también en Batasuna.

La legalización de Batasuna

Por su parte, portavoces de la izquierda abertzale señalan a la Cadena SER que mantienen su voluntad de encontrar una solución al conflicto y apuestan por estar presentes en las próximas elecciones municipales. Reclaman, eso sí, al Gobierno Zapatero un "gesto" con los presos y no aclaran ni cuando ni como se van a legalizar, si es que lo hacen.

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Todo esto mezclado con la grave falta de unidad de los demócratas como elemento de fricción pese a los reiterados intentos por incorporar al partido popular. Los liderados por Mariano Rajoy hablan de derrotar a los terroristas pero se niegan a aceptar el desarrollo del presente proceso por una supuesta negociación política que los socialistas insisten en negar. Por negarse, el PP se niega incluso a sentarse con el PSOE o con el PNV.