La Fiscal pedirá más de 2.700 siglos para los 29 acusados por el 11-M
Olga Sánchez presentará mañana la acusación contra los procesados por la masacre de Madrid
Madrid
La Fiscalía de la Audiencia Nacional presentará mañana al tribunal que juzgará el 11-M su escrito de acusación contra los 29 procesados por los atentados. La Cadena SER, que ha tenido acceso a las conclusiones, puede adelantar los fundamentos más sobresalientes del documento, que hará una mención especial sobre la inexistente vinculación de los autores y ETA.
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La Fiscalía de la Audiencia Nacional va a presentar mañana al tribunal que juzgará el 11-M el escrito de acusación provisional sobre los atentados de Madrid. Este informe, de trescientos folios, firmado por la fiscal Olga Sánchez, se leerá el primer día del juicio y contiene todos los elementos para sostener los cargos contra los 29 procesados por los atentados.
La Cadena SER puede adelantar los fundamentos más sobresalientes de este prolijo documento, que se divide en cuatro partes, con una mención especial sobre la inexistente vinculación del los autores y ETA.
270.885 años de prisión
Según las conclusiones a las que ha tenido acceso la Cadena SER, la Fiscal solicitará en total mas de 2.700 siglos de cárcel para los 29 procesados, de los que nueve son españoles. En concreto, la Fiscalía ha calculado que la suma total de años que solicitará es de 270.885 años de prisión. Desde la mayor petición de condena contra el español Emilio Suárez Trashorras -38.670 años- y el marroquí Jamal Zougam -38.654 años- hasta los cuatro años de condena para Carmen Toro. El máximo tiempo de cumplimiento, según el Código Penal, será de 40 años al tratarse de asesinatos terroristas.
En el atentado murieron 191 personas y resultaron heridas 1.824. Los daños aproximados sobrepasan los 22 millones de euros y las indemnizaciones que se reclaman desbordan los 100.000 millones de euros. Según fuentes jurídicas, el escrito reflejará que en el atentado participaron directamente, al menos, 12 terroristas, de los que sólo se juzgará a tres, porque siete murieron en la explosión-suicidio de Leganés y otros cuatro están huidos. El resto de procesados se distribuyen las tareas de aprovisionamiento, financiación o aportación de los explosivos.
En cambio, sí se sentarán en el banquillo los tres principales ideólogos de esta masacre, detenidos fuera de España: Rabei Osman El egipcio; Youssef Belhadj, responsable militar de Al Quaeda en nuestro país; y Hassan El Haski, jefe de Grupo Islámico Combatiente Marroquí.
Precisamente esta célula de Al Quaeda, el GICM, es la que la Fiscalía cree que diseño y preparó los atentados, financiándose con dinero del tráfico de drogas y reclutando jóvenes para convertirlos en radicales islamistas dispuestos a la Guerra Santa, la Yihad.
Durante el juicio, la Fiscalía relatará la comisión de quince tipos diferentes de delitos y solicitará la declaración de más de 100 testigos, 18 de ellos protegidos. Además, actuarán en la prueba pericial más de 32 expertos y se leerán miles de folios en la prueba documental, en la que también se proyectarán vídeos y exposiciones por ordenador.
El origen de la célula y sus miembros
En la década de los 90 se consolida en España la formación de un grupo de individuos procedentes de los países árabes con el propósito de conseguir fondos, adoctrinar y reclutar a los jóvenes para realizar la guerra Santa, siguiendo las directrices de Al Quaeda.
El proyecto de ejecutar atentados en nuestro país comienza a fraguarse en noviembre de 2001, pero para planear los atentados de Madrid, según la Fiscalía, los primeros datos arrancan el 18 de octubre de 2003 en el mensaje de Osama Bin Laden, quien sitúa a España como objetivo entre otros países occidentales por su participación en la Guerra de Irak.
Los cuatro ideólogos del 11-M
En diciembre de 2003, una pagina web islamista señalaba que la mejor forma para forzar la retirada de la tropas españolas era mediante el ataque "doloroso y violento" contra sus tropas. Ese mismo año, cuatro terroristas, siguiendo las directrices de Al Quaeda, idean la forma de atentar en suelo español. Según las fuentes consultadas, Sarhane Ben Abdelmajid, alias 'el tunecino' -que se suicidó en Leganés-; Rabei Osman El Sayed, alias 'Mohamed el egipcio'; Youseff Belhadj, responsable militar de Al Qaeda en España; y Hassan El Haski, alias 'Abu Hamza' son los ideólogos de la matanza. Deciden atentar como respuesta a la oleada de detenciones que hay en suelo español desde 2001 y, sobre todo, por la posición del gobierno de España en la guerra de Irak.
Comienzan, entonces, los contactos con otros árabes. Se organizan en las mezquitas y en domicilios particulares y recaban la participación de delincuentes comunes para conseguir sus propósitos, ofreciéndoles a cambio drogas. Serhane Abdelmajid El tunecino, contacta con otro de los suicidas, Jamal Ahmidam El chino, para que consiga los explosivos, mientras que Youssef Belhadj, en octubre de 2003, es quien trasmite al grupo de Madrid la fecha elegida para el atentado: dos días antes de las elecciones generales de 2004.
Los últimos detalles llegan en enero y febrero de 2004 a través de Rabei Osman y el propio Belhadj. A partir de ahí se unen otros terroristas para planificar los detalles de la acción en la que finalmente participan un número no inferior a catorce personas que logran colocar trece mochilas bombas en cuatro trenes de cercanías de Madrid, con el trágico balance de 191 personas muertas y 1824 heridos.
La ejecución de los atentados
Para la ejecución del atentado, los islamistas más radicales del grupo contactan con delincuentes habituales que les proporcionan dinamita de las minas de Asturias a cambio de droga.
Según las conclusiones a las que ha tenido acceso la Cadena SER, el escrito de la fiscal hará un relato pormenorizado de esos meses y días anteriores a la acción criminal en la que el grupo liderado por Jamal Ahmidam, alias 'El chino', se traslada a la mina Caolines y logra recoger hasta en tres viajes diferentes el explosivo necesario para fabricar tantas bombas -cada artefacto contenía, al menos, 10 kilos de dinamita goma dos eco-. El material lo proporciona un grupo de delincuentes vinculados directamente con las explotaciones mineras, como un artillero, empleados y supervisores de los polvorines. Mientras tanto, otros miembros del grupo se encargan de la compra de los teléfonos móviles y el alquiler de los pisos -el de Chinchón, donde se montan las bombas, y el de Leganés, donde se refugia el comando-. Entre el día 10 y el día 11 de marzo se montan los artefactos y se activan los teléfonos que servirán como un despertador para que accionen la carga explosiva mezclada con metralla.
En la ejecución del atentado intervienen directamente, al menos catorce terroristas, que se suben a los cuatro trenes de cercanías y colocan las bombas donde nadie pueda verlas, debajo de los asientos, en las papeleras o en el portaequipajes.
La Fiscalía ha logrado identificar a la mayoria de ellos: Jamal Zougam, Basel Ghalyoun, Abdelmajid Bouchar -se sentarán en el banquillo-; Sherhane Abdelmahid, Riffat Anouar, Mohamed Oulad, Rachid Oulad, Allekema Lamari, Jamal Ahmidan, Adgennabi Kounjaa -se suicidaron en Leganés- y Mohamed Belhadj, Said Berraj, Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane -huidos de la justicia-.
La trama de los españoles que intervienen también esta definida, según las fuentes consultadas, Emilio Suárez Trashorras, delincuente habitual, contacta con un amigo minero y consigue la sustracción paulatina del explosivo -de 5 a 10 kilos cada vez- a cambio de cocaina. Se unen al grupo otros delincuentes menos cualificados, como el responsable de la mina, Emilio Llano o jóvenes que trasportan la dinamita.
Inexistente vinculación del grupo con ETA
En el relato de la fiscalía se hace un apartado especial para esclarecer que en ningún momento la banda terrorista ETA tuvo algo que ver con el atentado del 11-M. No existe vinculación o contactos entre ETA y otras organizaciones terroristas islamistas o algunos de sus miembros.
El escrito de acusación reflejará en cuatro apartados cómo se han investigado por la policía esas supuestas conexiones y cómo se han descartado por falta de datos objetivos y reales. Los informes policiales apuntan además que ETA no ha utilizado como explosivo la dinamita goma dos eco en los últimos diez años.
Es también destacada la mención que hará la Fiscalía a los primeros instantes del día del atentado, el 11 de marzo. Desde los momentos inmediatamente posteriores al atentado, a pesar de las comparecencias del entonces ministro de Interior, Ángel Acebes, no había ya ningún dato o indicio que apuntara a ETA. Las múltiples evidencias incriminatorias señalaban ya el mismo día 11 y el día 12 de marzo que la acción criminal estaba vinculada con el terrorismo internacional "yihadista".
Además, la Fiscalía sostendrá que durante las siguientes semanas se consolidó esta idea y se pudo descartar definitivamente cualquier relacion con otras organizaciones terroristas.
Javier Álvarez
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en La Cadena SER donde esta vinculado a la sección de Justicia...