CiU logra una contundente victoria en las elecciones catalanas

La victoria de CiU ha sido contundente: en votos, en escaños y en las cuatro circunscripciones electorales. Ha sumado dos escaños más (de 46 a 48) pero ha perdido 96.000 votos. Sin embargo, la coalición nacionalista liderada por Artur Mas no podrá gobernar en solitario y la única opción posible es una coalición con Esquerra. Entre ambos partidos suman 69 escaños, uno más de la mayoría absoluta en el Parlament. Por contra, el gran derrotado es el PSC que pierde cinco escaños y se queda a más de cien mil votos de los convergentes.

De todos modos, con los resultados en la mano, otra opción de gobierno para Cataluña es la reedición del tripartito. Sus tres integrantes han tenido una suerte dispar. Como queda dicho, el PSC es quien paga los platos rotos por los errores del tripartito y pierde cinco escaños, de 42 a 37, y 242.000 votos. ERC recibe un castigo limitado en las urnas y sólo pierde dos escaños y 130.000 votos. Finalmente, ICV gana tres escaños, en lo que parece un reconocimiento del electorado a quien ha sido el socio más serio del tripartito. Suma 40.000 votos más.

El PP, al que todos auguraban un fuerte castigo en las urnas a su actitud ante la reforma del Estatut, al final limita los daños y sólo pierde un escaño y 80.000 votos. Finalmente, Ciutadans de Catalunya, que debutaban en estas elecciones, sorprenden con su entrada en el Parlament, al obtener tres escaños.

ERC tiene la llave

Con estos resultados en la mano, lo cierto es que ERC sigue teniendo la llave del gobierno de la Generalitat. Su presidente, Josep Lluís Carod-Rovira, lo ha dejado claro en su comparecencia tras conocerse los resultados electorales. Carod-Rovira ha expresado su satisfacción por el hecho de que Esquerra "haya consolidado su espacio propio" en la política catalana, y ha añadido que posiblemente tendrá otra vez la "llave" del nuevo "gobierno de coalición".

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El primero en cortejarle ha sido Artur Mas, quien ha celebrado su "victoria inapelable" en las elecciones al Parlament, añadiendo a continuación que "tiende la mano" a las otras fuerzas para dialogar, actuando con "generosidad y humildad", para formar un gobierno "fuerte" que desarrolle el Estatut.