Granada conmemora el 70 aniversario del asesinato de Federico García Lorca

Pese a la "temible" barrera de la traducción, "su mensaje de amor al prójimo llega a todos los puntos del planeta", ha añadido Gibson.

Organizado por la Diputación de Granada, el homenaje, que también rindió tributo a las víctimas de la Guerra Civil, contó con la presencia de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, del ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, de los directores de cine Miguel Hermoso y Emilio Ruiz Barrachina, y del cantautor Amancio Prada.

Para Prada, la faceta más destacable de Lorca es que "ningún otro autor ha propiciado en la historia de España tanta creatividad en tan diversos ámbitos artísticos".

Alfonso Guerra resaltó de Lorca su capacidad de "encontrar la poesía en la calle" y lamentó que su vida y especialmente su muerte esté rodeada aún de mucho "misterio". Preguntado sobre la posibilidad de que los restos del poeta sean exhumados, consideró que se trata de un debate "complicado" en el que se oponen dos derechos "legítimos" como el deseo de la familia Lorca de no remover el pasado y la voluntad de familiares de los otros fusilados junto a él de honrar a sus parientes con un enterramiento digno.

Ofrenda floral

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El acto comenzó con una ofrenda floral en el monolito que se inauguró en 1986 en memoria del poeta y de las víctimas de la Guerra Civil, tras lo cual tuvo lugar un encuentro cultural en la plaza del parque.

La ministra de Cultura recordó, emocionada, la tragedia de la muerte de Lorca un día como hoy, hace 70 años, y resaltó cómo su memoria ha logrado perdurar con fuerza en el tiempo hasta convertirle en un autor inmortal.

Amancio Prada canta sus sonetos

Durante el homenaje, que cerró Prada interpretando una selección de sonetos y canciones lorquianas, el director de cine Emilio Ruiz Barrachina proyectó una parte del inédito documental Lorca: el mar deja de moverse,.

Federico García Lorca fue fusilado la madrugada del 18 o 19 de agosto junto al maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas ante un viejo olivar conocido como 'Aynadamar', fuente de las lágrimas, en Víznar (Granada), donde aún reposan sus restos con los de los otros tres compañeros, cuyos familiares demandan ahora la exhumación, a lo que se opone la familia Lorca.