Capello y el calor aprietan a los jugadores del Madrid en Irdning

Fabio Capello, técnico del Real Madrid, diseñó la primera parte de la pretemporada para aumentar la intensidad física con veinte días de concentración en Irdning, donde los jugadores se han visto sorprendidos por las elevadas temperaturas que hacen más duro el trabajo intensificado en las últimas sesiones.

Con 30 grados y un imponente sol comenzó el entrenamiento vespertino. Por primera vez desde que el Real Madrid regresó al trabajo el miércoles pasado en Valdebebas, la plantilla trabajó en doble sesión, con dos entrenamientos caracterizados por el buen trabajo y el calor que los endureció aún más.

A los cinco kilómetros corridos por la mañana que dejó agotados a los futbolistas, como demostraron los rostros de Antonio Cassano o el baño en una piscina natural pegada al campo de entrenamiento de Iván Helguera, Raúl Bravo y Borja Fernández, los jugadores sumaron una hora y media de trabajo con balón.

Capello y sus ayudantes mostraron una buena variedad de ejercicios con balón, antes de culminar todo con un partido a mitad de campo de diez contra diez, decidido con un gol de Guti.

El técnico italiano dejó el mando a sus ayudantes hasta el último momento, en el que dialogó con los jugadores línea por línea, mostrando lo que deseaba en el final.

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Aún no hay prueba serias pero Capello va dando sus primeras pistas. Siempre prueba la pareja Helguera-Woodgate juntos en el centro de la defensa. Lo mismo hace con Mejía y Pavón, lo que provoca que sin Rubén, primer lesionado de pretemporada, Arbeloa tenga que verse desplazado al lateral derecho, donde no puede explotar sus cualidades.

A la lesión de Rubén, un pinzamiento en el menisco externo de su rodilla derecha, se sumaron hoy varias molestias, como las de Antonio Cassano, con ampollas en el pie derecho, o Roberto Soldado, que comenzó a sangrar por la nariz, en el entrenamiento matinal.

Este miércoles se repetirá la doble sesión de trabajo, con el deseo de los jugadores de que bajen las temperaturas o que, incluso, llegue la lluvia anunciada en las previsiones meteorológicas que, de momento, no hace acto de presencia.