Zaplana pone en cuestión la capacidad del Tribunal de Cuentas para juzgar su gestión en Trabajo

El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, pone en cuestión la capacidad del Tribunal de Cuentas para juzgar su gestión en el Ministerio de Trabajo. Según ha sabido la Cadena SER, en las alegaciones al informe que criticaba duramente las campañas publicitarias contratadas por Zaplana al frente de Trabajo, el ex ministro achaca al Tribunal de Cuentas razonamientos torticeros y sesgados, y le acusa de elaborar imputaciones calumniosas.

Eduardo Zaplana comienza por restar credibilidad al Tribunal, porque, según él, en el anteproyecto de informe se incluyen "valoraciones" que suponen un "descarado rebasamiento de la función asignada" al fiscalizador. Además, le acusa de entrar en "el terreno de la simple crítica política", de elaborar "conjeturas y sospechas" y de llegar a conclusiones "miopes".

Entrando en el detalle del argumentario de Zaplana, a la cuestión de que la campaña del "dicho y hecho" desbordase los límites de la publicidad institucional, responde Zaplana que la campaña no era "sólo complementaria, sino conveniente". Porque los pensionistas podían no recibir la carta que se les enviaba. Y porque, según él, los jubilados "son personas de avanzada edad" o disminuidas en "su capacidad", por lo que "es oportuno que las personas" que les atienden "tengan dicha información".

Zaplana cree además que la campaña era especialmente conveniente porque ese año, 2003, la paga única se iba a pagar a los pensionistas "notablemente" antes de lo que marca la ley. Cuando el Tribunal de Cuentas critica que, con el lema del "dicho y hecho", se buscase oponer la labor del PP a la del PSOE, dice Zaplana que eso fue iniciativa de Carat, la empresa a la que se adjudicó la campaña, y que nada tenía que ver ahí el Ministerio de Trabajo.