Zapatero y Llamazares reconocen que la reforma fiscal ha enfriado la relación entre ambos

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el portavoz de IU-ICV, Gaspar Llamazares, han reconocido que la reforma fiscal que prepara el Ejecutivo ha enfriado las relaciones entre ambos y ha abierto "un bache", según el presidente o un "socavón", según el líder de Izquierda Unida.

En la segunda jornada del debate sobre el estado de la Nación, Llamazares ha dicho en el Congreso que hay discrepancias con el Gobierno en la política económica y la fiscal. Por ello ha pedido a Zapatero que cambie un modelo económico "insostenible" y rectifique la propuesta de reforma fiscal, que "sólo tiene de aliados a los sectores conservadores". Según Llamazares, el Estado dejará de ingresar al menos 5.000 millones de euros anuales con la reforma fiscal.

En cambio, sí se ha mostrado muy satisfecho por la decisión del Gobierno de abrir un proceso de paz en el País Vasco tras el alto el fuego de ETA y manifestó a Zapatero su "compromiso y lealtad" en este asunto.

Sin centrales nucleares

El portavoz de IU-ICV, Joan Herrera, que comparte con Llamazares los tiempos establecidos para su grupo, reclamó al presidente el avance a un modelo de Estado más federal. Entre otras propuestas, Herrera destacó un futuro sin centrales nucleares.

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Zapatero contestó a las preocupaciones de IU-ICV sobre la reforma fiscal diciendo que ésta puede "mantener el volumen de ingresos del gasto público" e insistió en su voluntad de seguir colaborando con esta fuerza política para que ese bache admitido por ambos "no sea muy profundo".

En políticas sociales Zapatero se felicitó por la futura ley de igualdad que confía obtenga el mayor respeto de los empresarios y avanzó que cumplirá su compromiso de enviar al Parlamento la anunciada ley de la memoria histórica antes del 30 de junio.