Berlusconi cierra la campaña electoral con más insultos, mientras Prodi desea "felicidad"

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cerró el viernes la campaña electoral con más insultos contra la izquierda, mientras el líder de la oposición, Romano Prodi, prefirió desear "un poco de felicidad" para los italianos "después de cinco años de tristeza". En los últimos sondeos Prodi adelanta a Berlusconi entre 3,5 y 5 puntos.

El jefe del Gobierno escogió la plaza del Plebiscito, en Nápoles, para poner punto final a la campaña. Los comicios serán el domingo y el lunes. Berlusconi cargó de nuevo contra los partidos de la alianza de centroizquierda, la Unión, a cuyos líderes ha llamado "los herederos de Stalin, Mao, y Pol Pot".

La Italia de la izquierda es "la de las tasas, los insultos, las mentiras, las puertas abiertas de par en par a los inmigrantes clandestinos, los antiglobalización que queman las banderas de potencias amigas y que quieren quitar el crucifijo de las escuelas", ha clamado Berlusconi. Mientras que la que él representa, "la de la derecha", supone "la tolerancia, el respeto hacia todos, el bienestar y una Italia que sobre todo sabe amar".

"No somos gilipollas"

"Ganaremos porque no somos gilipollas", ha concluido el hombre más rico de Italia, en referencia al insulto que dedicó a los electores que decidieran no votarle.

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Siguiendo con este exabrupto, Prodi dio su último mitin de campaña en la Plaza del Pueblo, en Roma, donde mucha gente llevaba camisetas en las que se podía leer: "Yo soy un gilipollas". Prodi ha dicho que eran ciertas las palabras de Berlusconi acerca de que el centroizquierda "quiere que sean iguales el hijo del obrero y el hijo del abogado".

Luego aseguró que, en caso de vencer, el suyo "será un Gobierno para todos los italianos, incluso aquellos que no hayan votado a la Unión". Su país será uno "donde prime el diálogo, donde cuenten más las mujeres y donde haya más Europa".

A pocas horas del cierre de la campaña, Berlusconi volvió a denunciar una conspiración de empresarios, periodistas y jueces contra su persona, y llegó a pedir observadores de la ONU ante un posible fraude electoral de la izquierda.