La Comisión Europea culpa a Loyola de Palacio de la crisis de los estibadores
El Europarlamento rechaza la ley de liberalización de los puertos
El Parlamento Europeo rechazó hoy por amplia mayoría la directiva que establecía la liberalización de los servicios portuarios, una propuesta que provocó violentas protesta esta semana entre los trabajadores del sector. El comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, ha responsabilizado de este fracaso a su antecesora, la española Loyola de Palacio: "Es que es Loyola de Palacio la que envía este texto al Europarlamento", dijo. A su juicio, lo hizo justo antes de terminar su mandato y sin recoger las inquietudes de quienes temían que el proyecto rompiese los principios de la Europa social.
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La normativa que establecía la liberación de los servicios portuarios fue rechazada por 532 diputados de un total de 677 que participaron en la votación, en la que hubo 120 votos a favor y 25 abstenciones.
Barrot lamentó que los eurodiputados no procedieran a la votación de las enmiendas introducidas por una comisión de la propia Eurocámara, que eliminaban alguno de los apartados de la directiva más contestados, y afirmó que presentará el resultado a los demás miembros de la Comisión Europea para sacar las "conclusiones" pertinentes.
También señaló que propondrá a la Comisión proseguir el trabajo "con todos los actores concernidos, los Estados miembros, operadores, usuarios y sindicatos, en concertación con el Parlamento para establecer las bases de una política europea de puertos".
Posteriormente, en unas declaraciones en los pasillos del parlamento a un grupo de periodistas, Barrot rechazó adelantar si aconsejará a la Comisión Europea retirar el texto de esta directiva para elaborar una nueva, dado el muy amplio rechazo mostrado hoy por el Europarlamento.
Esta es la segunda vez que el PE rechaza la normativa, ya que en 2003 también voto en contra, aunque entonces con un estrecho margen de apenas 20 votos. El pasado lunes, unos 10.000 estibadores se manifestaron ante la sede de la Eurocámara en Estrasburgo para expresar su rechazo a la directiva y pedir a los diputados que votarán en contra. También hubo dos jornadas de huelga, el lunes y martes.
