El Parlamento Europeo da un apoyo condicionado a la negociación para la entrada de Turquía
La Cámara exige que Ankara reconozca a Chipre y admita el genocidio armenio
Madrid
El Pleno de la Eurocámara ha aprobado hoy la apertura de las negociaciones para la adhesión de Turquía la próxima semana pero ha repetido una vez más la exigencia de que Ankara reconozca al Estado de Chipre y admita el genocidio armenio. La resolución no es vinculante, aunque posiblemente se replantee en la ronda de negociaciones porque el Gobierno francés también exige que cumpla estas dos condiciones.
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El texto aprobado hoy constata que, efectivamente, Turquía cumple las condiciones para la apertura de las negociaciones, puesto que en junio han entrado en vigor los seis textos legislativos que se le pidieron y ha firmado el protocolo sobre la libre circulación de mercancías.
Sin embargo, lamenta enérgicamente que Ankara haya emitido una declaración unilateral en la que afirma que esta firma no implica el reconocimiento de la República de Chipre. Por ello, pide a la Comisión que antes de finales de 2006 evalúe la aplicación de este acuerdo a todos los Estados miembros, es decir, que Turquía permita atracar en sus puertos a los barcos chipriotas y volar en su espacio aéreo a los aviones chipriotas.
Fórmula de compromiso
Aunque esta resolución del Parlamento no es vinculante, las reivindicaciones que formula posiblemente aparecerán de nuevo en la ronda de negociaciones porque Francia coincide en exigir estas dos condiciones. De todas formas, esta circunstancia no impedirá que se abran la ronda de negociación el lunes después de que los Veinticinco lograran un fórmula que Nicosia pudiera aceptar para no vetar los contactos: "El reconocimiento de todos los Estados miembros es un componente necesario del proceso de adhesión". La cuestión queda así, en el aire y tendrá que ser resuelta a lo largo de los meses (tal vez, años) que duren las conversaciones.
No es la primera vez que la Eurocámara afea la conducta a Ankara por ignorar la muerte de miles de armenios durante la desmembración del Imperio Otomano. Para Turquía aquellos acontecimientos no fueron un genocidio sistemático.