La cumbre más ambiciosa de la ONU acuerda una declaración final de mínimos

Ciento setenta líderes de todo el mundo se reúnen en Nueva York para afrontar la reforma más ambiciosa de la ONU. Se trata de adaptarla al reto de la globalización e impulsar la lucha contra la pobreza y el hambre. Anoche se alcanzó el principio de acuerdo que será adoptado en la cumbre, que supone la mayor reunión de líderes mundiales.

La declaración final conjuga los intereses de los países ricos y los países pobres y además satisface la primera potencia mundial, los Estados Unidos.

Después de duras negociaciones, el documento recoge tímidos avances sobre desarrollo, derechos humanos, terrorismo y seguridad global. Por ejemplo, se reafirma los compromisos de reducir la pobreza a la mitad en el año 2015, los llamados objetivos del milenio, con el paulatino aumento hasta el 0?5 por ciento del PIB que los países ricos dedicarán a los países en desarrollo. Dentro de diez años, la ayuda debe alcanzar el 0?7 por ciento.

No ha habido avances en el proyecto de crear un consejo de derechos humanos por la oposición de las naciones menos democráticas. Tampoco en la definición de terrorismo.

En cuanto a la ampliación del Consejo de Seguridad, también tendrá que esperar a que fructifiquen las negociaciones en los próximos meses.

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A las 15 horas (hora peninsular española) comenzará oficialmente la cumbre en la que intervendrá el Rey Juan Carlos para reafirmar el apoyo de España al multilateralismo, a la legalidad internacional y a la reforma de Naciones Unidas.