"El huracán de fuego nos vio y dijo: vosotros sois míos"

Jesús Abad era el conductor del camión autobomba del retén que perdió once de sus doce miembros. Está, de milagro, en el Hospital universitario de Guadalajara y mira a través de los dos agujeros que le dejan las vendas. Ha accedido a relatar su experiencia a la televisión pública (TVE) y a explicar su suerte.

Habla del fuego como si fuese una persona: "El huracán de fuego ese fue muy grande, muy grande. No pensaba yo que ese fuego.... Yo creo que nos vio y dijo: vosotros sois míos. ¿Sabes? Porque estaba muy lejos, estaba muy lejos y de buenas a primeras... humo negro ya de llama y empiezas a temer... dices esto ya se ha cambiado y la próxima vez que volvimos la cabeza ya asombaban las llamas y fuimos a montar a los coches para salir y ya no nos dio tiempo, ya nos enganchó como si fuera una ola gigante, pero de fuego"

Y la impotencia "de ver cómo arde todo y ver que no puedes hacer nada. Se quema todo y no puedes hacer nada. Por mucha motobomba, muchos equipos, a lo mejor tardan los equipos, los refuerzos. Lo ves ardiendo y dices: qué pasa aquí..."

Jesús salvó la vida porque tuvo la fortuna o la sangre fría de meterse debajo del autobomba: "Dentro de mi camión vi que moría y abajo cuando salté rodeado de fuego sentí que moría. Te falta oxígeno, te ves ardiendo, te ves muerto, dentro te ves muerto".

Un grupo de campistas decidió hacer una barbacoa, un guía les advirtió del peligro. No le hicieron caso: "Que miren lo que han hecho ¿Dónde tenían la cabeza? Que tengan la cabeza ahora para pensar lo que han hecho que piensen bien lo que han hecho".

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¿Seguirá Jesús extinguiendo incendios?: "En cuanto pueda estaré con ellos ahí, en cuanto pueda."