Aceptada una demanda contra McDonald's por dar alimentos contra la salud
Dos adolescentes culpan a la multinacional de problemas derivados de la obesidad
Madrid
Como ya ocurriese con las tabaqueras, la cadena de comida rápida más conocida del mundo puede acabar sentada en los tribunales acusada de perjudicar a la salud de sus clientes. Por primera vez en la historia un tribunal americano ha admitido la denuncia presentada por dos adolescentes contra McDonalds en la que culpan a la multinacional de problemas de salud vinculados con la obesidad.
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Según informó hoy el centro francés de peritaje sobre la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) Novethic, el tribunal de apelaciones de Nueva York ha eliminado así la decisión del primer juicio celebrado, por el que no había quedado demostrado el nexo de unión entre los productos de la cadena McDonalds y los problemas de salud de sus clientes. El tribunal ha entendido que la cadena de restauración no explicitó a sus clientes los peligros que para su salud suponía el consumo abusivo de sus productos.
90 y 135 kilos
Las demandantes, Ashley Pelman y Jazlen Bradley, de 15 y 20 años, pesan 90 y 135 kilos respectivamente. Ambas padecen diversos problemas patológicos, entre ellos, diabetes, tensión, enfermedades cardiacas y el nivel de colesterol muy alto. Como las situaciones retratas en el documental sobre el peligro de la comida rápida Super size me, la primera de las demandantes adora los happy meals, por lo que incluía este plato en su alimentación tres o cuatro veces a la semana. La segunda de las afectadas precisa que su régimen regular consistía en tomar un Mc Muffin en el desayuno y un menú Big Mac para la cena.
Ashley y Jazlen solicitan daños y perjuicios a la compañía americana, así como la creación de un fondo para la educación dietética de los niños y una mayor información sobre el contenido de los productos McDonalds, que sus padres habían estimado como "buenos para la salud".
Responsabilidad individual
El problema planteado por los jueces es si el debate debe basarse en la responsabilidad individual sobre el modo de alimentación o en la responsabilidad de una empresa cuya comunicación está centrada en los niños.
Si el proceso concluye que las cadenas de alimentación de comida rápida son responsables de, al menos, la falta de información dietética que favorece la obesidad, la industria agroalimentaria podría encontrarse en una situación cercana al de los fabricantes de cigarrillos.
En 2004, la compañía sufrió los efectos del estreno del documental de Morgan Spurlock sobre los efectos perniciosos de la comida basura (la película muestra el deterioro físico que acompañó al director al alimentarse durante un mes de comida de los restaurante Mcdonald's). La multinacional hizo una campaña en la que hacía hincapié sobre que emplea a 1,6 millones de personas y en la que calificaba a su comida de "natural y equilibrada".
En España, Mcdonald's factura 554 millones de euros y emplea a 17.000 personas.