La radiación de los móviles puede causar daños celulares
La investigación ha sido desarrollada sólo en laboratorio, por lo que sus impulsores piden que se realicen pruebas en humanos
Madrid
Las ondas de radio procedentes de los teléfonos móviles producen daños genéticos y celulares, según el informe Reflex, financiado mayoritariamente por la UE y realizado por 12 grupos de investigación de siete países europeos. Los responsables del estudio señalan, no obstante, que no puede considerarse probado que estos dispositivos son dañinos para el cuerpo humano, pues sólo se han estudiado los efectos de su uso en laboratorio. Por eso pide estudios adicionales en los que se analice el efecto de las rediaciones en seres humanos.
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La industria de la telefonía móvil, que mueve unos 100.000 millones de dólares cada año, asegura que no existe ninguna prueba definitiva de los supuestos efectos dañinos para la salud de someterse a la radiación electromagnética que desprenden sus aparatos.
Hasta ahora, algunos estudios científicos habían concluido que el uso de móviles puede tener como consecuencia un calentamiento de la temperatura corporal, dolores de cabeza y nauseas, pero ningún informe independiente sobre el tema ha demostrado que estos dispositivos produzcan daños permanentes en el organismo humano.
El estudio financiado por las instituciones europeas tampoco reivindica esa conclusión, pues sólo ha reproducido en laboratorio las condiciones normales de emisión de radiación, y ha analizado su repercusión en células humanas y animales durante los cuatro últimos años.
Rupturas en las células
Lo que han podido constatar los científicos europeos, coordinados por el grupo alemán Verum, es la existencia de cambios genéticos en las células sometidas a un campo electromagnético similar al que emiten los móviles.
Se ha detectado un incremento en el número de rupturas en las cadenas de ADN -portador de la información genética de un organismo y de sus células-, un daño que no siempre puede ser reparado. Además se identificó "un daño remanente para las células futuras", según el líder del proyecto, Franz Adlkofer. Esto significa que el cambio celular perdura.
Límites de asbsorción de energía
La unidad de medida utilizada para determinar intensidad de la radiación es la Capacidad Específica de Adopción (SAR, en sus siglas en inglés), que se refiere a la cantidad de energía que un cuerpo puede adsorber. El límite de SAR recomendado por la Comisión Internacional de Protección ante la Radiación no Ionizada es de 2 watios por kilo. La radiación utilizada en el estudio era de entre 0,3 y 2 watios por kilogramo. En la actualidad la emisión de los móviles se sitúa entre 0,5 y 1 watio por kilo.
Como el estudio se ha realizado únicamente en laboratorio los investigadores subrayan que no puede considerarse demostrado que los aparatos que emiten radiaciones electromagnéticas supongan un riesgo para la salud, pero explican que los efectos "genotóxicos" demostrados invitan a realizar nuevos estudios en animales y voluntarios humanos.
Móviles para menores de 16 años
Por otra parte, la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) ha aconsejado que en estas fiestas no se regalen teléfonos móviles a niños como precaución ante los posibles efectos en la salud de sus radiaciones. En su web, FACUA reproduce su informe "Móviles y Salud" en el que se incluyen algunos datos que los consumidores deben conocer, enlaces a decenas de estudios, instituciones y empresas relacionadas con la telefonía móvil.
La federación pone de manifiesto también que de constatarse la peligrosidad de las radiaciones electromagnéticas de la telefonía móvil, los principales perjudicados serían los niños, los ancianos y las embarazadas.
La federación señala que el Informe Steward recomienda no utilizar el teléfono móvil hasta al menos los dieciséis años, usarlo sólo para conversaciones cortas y siempre que sea imposible hablar a través de un fijo, alejarlo de tejidos y zonas sensibles y comprar el modelo de menor potencia. En todo caso, FACUA señala que en la actualidad existen cientos de estudios sobre el tema y no existe consenso en la comunidad científica sobre la inocuidad o nocividad de los móviles y sus antenas.