Siete días de octubre que hicieron temblar al PP madrileño
La lucha por el poder en el Partido Popular de Madrid, protagonizada por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, ha originado una crisis que en siete días ha derrumbado la imagen de férrea unidad en el seno del PP madrileño y ha motivado los más duros cruces de reproches y acusaciones entre ambos dirigentes populares.
Ha sido una semana que tuvo como prólogo, el martes 5 de octubre tras la celebración del Congreso Nacional del PP, el anuncio del actual presidente del PP de Madrid, Pío García-Escudero, de que no se presentaría a la reelección en el próximo congreso regional.
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Entonces, García-Escudero no quiso aventurar si su marcha abría el camino a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, pero si se mostró convencido de que el congreso regional iba a ser un congreso "tranquilo e importante".
Aguirre tardó sólo 24 horas en anunciar su candidatura al próximo congreso regional del PP y aseguró que ésta, que calificó de "abierta", conservaría el "excelente ambiente que Pío García-Escudero ha impulsado en el PP de Madrid".
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, defendió, minutos antes de que se conociera oficialmente el anuncio de Aguirre, la necesidad de que el PP de Madrid mantuviera el "estilo Pío García-Escudero" y declaró que no presentaría su candidatura al puesto que aspiraba a ocupar la presidenta regional.
En la misma comparecencia pública, el alcalde manifestó que le gustaría mucho que en Madrid "no hubiese confrontaciones".
LA CENA DONDE SALTÓ LA CHISPA
Esa misma noche, según relataron posteriormente sus protagonistas, se celebró una cena a la que asistieron Aguirre; el vicepresidente primero de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; Ruiz-Gallardón y el vicealcalde de la capital, Manuel Cobo.
Fue este último, mano derecha del alcalde, quien horas más tarde, en la mañana del pasado jueves, abrió la caja de los truenos y desató la "crisis" por el control del Partido Popular madrileño con el anuncio de que también presentaba su candidatura a la presidencia del PP regional, en la que iría Alberto Ruiz-Gallardón.
En su comparecencia ante los medios en la sede del PP de Latina, Cobo aseguró que tomó la decisión tras la cena de la noche anterior, en la que Aguirre, según afirmó, no aceptó una candidatura conjunta, con él como secretario general.
La respuesta de la ex presidenta del Senado fue que "los chantajes y la imposición no son métodos".
"CON LO BIEN QUE ESTABAS CALLADITO"
La dirección del Partido Popular no se pronunció hasta el viernes, 8 de octubre, sobre la crisis en Madrid y fue para decir por boca de su secretario general, Angel Acebes que las cosas habían llegado a tal punto -con la presentación de dos listas enfrentadas- que interesaba "saber los apoyos que tiene cada uno", aunque otras fuentes de la dirección aseguraron que la candidatura de Manuel Cobo era casi "suicida".
Uno de los momentos más tensos se producía durante el desfile de la fiesta Nacional, cuando Aguirre y Gallardón se encontraron, y la presidenta le dijo: "Que mal lo has hecho, ahora que estabas tan bien calladito. Has vuelto a meter la pata". Después, Gallardón y Acebes discutían acaloradamente en la recepción con los Reyes. Según fuentes cercanas a Gallardón, éste recriminó tanto a Aguirre como a Acebes que se haya impedido la candidatura de Pío García Escudero a la presidencia del PP madrileño.
Tras el puente del Pilar, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que no había hablado ni pensaba hablar con Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón -quien ayer mismo insistía en su compromiso con la candidatura de Cobo- sobre la disputa que ambos mantenían y se limitó a pedir "sentido común, finura y generosidad" para decidir las nuevas directivas.
Horas más tarde, ambos protagonistas participaron en la junta directiva regional, reunida en la sede de la calle Génova, donde se decidió que el decimotercer congreso del PP de Madrid se celebrará el último fin de semana de noviembre, los días 27-28 y del que saldrá elegida la nueva junta directiva y la nueva presidencia del partido.
Una presidencia a la que, desde hoy, y tras el nuevo giro que ha dado la situación, sólo opta, por el momento, Esperanza Aguirre, poniendo "punto y aparte" a siete días en los que algunos militantes aseguraron no reconocerse en los "nuevos modos" del PP y muchos confesaban no sentirse cómodos.