Miguel Sebastián: "El gran error del PP fue no eliminar la deducción por compra de vivienda"

El director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián, afirmó hoy que el "gran error de la política económica" del Gobierno del PP fue no eliminar en 1998 la deducción por vivienda en el IRPF, pues con ello "nos hubiéramos ahorrado buena parte de la burbuja inmobiliaria".

Sebastián hizo esta afirmación en un acto organizado por la APD, aunque, a la salida, a preguntas de los periodistas, precisó que el Ejecutivo del PSOE "no considera, de entrada", la posibilidad de eliminar la citada deducción en la reforma del IRPF que planea acometer el año próximo.

Explicó que la reforma fiscal de 1998, que entró en vigor en 1999, "hubiera sido un buen momento" para tomar esa decisión, pero "ahora puede que no sea oportuno", añadió.

Reiteró que el Gobierno modificará el Impuesto sobre la Renta en el segundo año de la legislatura (2005), para su entrada en vigor en 2006, "en la línea marcada en el programa electoral" y después de estudiar detenidamente el impacto de las últimas reformas.

INCREMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

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En su intervención, Sebastián abogó por una transformación del modelo de crecimiento español, que debe sustentarse en el incremento de la productividad, algo que, reseñó, es compatible con el aumento del empleo, tal y como ha demostrado la economía irlandesa en la última dècada.

Para lograr que avance la productividad, subrayó, es imprescindible mantener la estabilidad macroeconómica, aumentar la competencia en los mercados, fomentar el espíritu empresarial y elevar la inversión en capital humano, I+D e infraestructuras.

Respecto al entorno macroeconómico, defendió el mantenimiento de la estabilidad presupuestaria a lo largo del ciclo, en vez de la estricta consecución de equilibrio cada año, tanto para el Estado como para las comunidades autónomas.

Sebastián explicó que debemos permitir a las autonomías que adapten su gestión presupuestaria al ciclo económico, pero recordó que ello implica, no sólo la posibilidad de incurrir en dèficit en los años de menor dinamismo, sino tambièn situar las cuentas en superávit en los ejercicios más expansivos.

Sin embargo, no se mostró partidario de imponer sanciones en caso de incumplimiento, ya que, explicó, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea ha demostrado que no siempre funcionan, y apostó en cambio por la introducción de incentivos.

Dentro del mercado laboral, consideró necesario reducir la elevada tasa de temporalidad para aumentar la productividad, pero advirtió de que ello no debe suponer un encarecimiento del despido o la introducción de rigideces adicionales.

Confió en que el Gobierno alcanzará con los agentes sociales en otoño un acuerdo dirigido, entre otros objetivos, a reducir la precariedad en el empleo "que dejará contentos a todos".