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Los nacidos por inseminación artificial en Gran Bretaña podrán saber quién es su padre

El Ejecutivo de Blair considera secundario proteger el anonimato de los donantes

Los donantes de semen, óvulos y embriones en tratamientos de inseminación artificial podrán ser identificados por sus hijos, aunque no tendrán que hacerse responsables de ellos, según un proyecto presentado hoy por el Gobierno británico.

Melanie Johnson, secretaria de Estado de sanidad pública, anunció la medida, que ha suscitado opiniones diversas, en el congreso anual de la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA), que se celebra hoy en Londres.

Tras consultar con expertos, el Ejecutivo ha considerado que es más importante garantizar el derecho de los hijos a conocer a sus padres biológicos que proteger el anonimato de los donantes.

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"Creo que las personas concebidas con técnicas de reproducción asistida tienen derecho a conocer su origen genético, algo que se les niega, incluida la identidad del donante", dijo la secretaria.

Estas personas deben ser consideradas de forma parecida a como se percibe a las adoptadas, que ya pueden obtener información sobre su pasado.

Si es aprobada por el Parlamento, la nueva ley, que se aplicaría desde el 1 de abril de 2005, permitirá a los personas mayores de 18 años concebidas con técnicas de laboratorio identificar a sus padres. Como la norma no es retroactiva, no será hasta 2023 cuando se produzcan los primeros casos de identificación.

Los críticos del proyecto creen que provocará un descenso en el número de donantes, ya escaso en este país, mientras que quienes lo apoyan opinan que, por fin, se reconoce el derecho de esas personas a saber de dónde proceden.

Para Melanie Johnson, "los intereses del niño son fundamentales". "Vivimos en una época de grandes avances tecnológicos en la que cada vez es más relevante nuestro material genético", argumentó.

La mayoría de personas nacidas gracias a un tratamiento de ese tipo "quiere información, tal vez para sí mismos, o para sus hijos, o simplemente porque piensan que les pertenece por derecho".

El profesor Ian Craft, director del Centro de Fertilización de Londres, teme que la nueva medida exacerbe el problema de la falta de donantes. Por ejemplo, para donaciones de óvulos, actualmente hay una lista de espera de dos años en el Reino Unido.

"A las parejas receptoras les preocupa que afecte a la relación con sus hijos -explicó- y, a los donantes, que puedan adjudicarles obligaciones de tipo legal o económicas". El Gobierno ha asegurado que, como en el caso de las adopciones, los donantes no tendrán responsabilidad sobre sus hijos, ni tendrán que conocerles si no lo desean.

Para evitar que descienda el número de donantes, el Ministerio de Sanidad pondrá en marcha una campaña para concienciar a la población sobre la necesidad de donar semen, óvulos y embriones.

 
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