Bush trata esta noche de atajar las críticas sobre Irak
Hablará en un discurso televisado
Con el discurso televisado a la nación que pronunciará en la Casa Blanca este domingo, el presidente de EEUU, George W. Bush, pretende atajar la creciente oleada de críticas sobre el desarrollo y el coste de la operación en Irak.
La comparecencia de Bush ante las cámaras, a las 20.30 de la tarde hora local (00.30 GMT) y que durará quince minutos, se producirá pocas horas después de que varios "pesos pesados" de su administración se hayan prodigado en los programas dominicales de entrevistas políticas.
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El secretario de Estado, Colin Powell, y la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, tienen previsto multiplicar sus apariciones en estos programas para defender la posición de su Gobierno en Irak.
Las intervenciones televisivas se producen después de que esta semana Washington se viera obligado a dar un giro a su posición sobre Irak y presentara una propuesta de resolución para una fuerza multinacional bajo bandera de la ONU, algo que hasta ahora había rechazado.
Pero el hecho de que, según la propuesta de Washington, la fuerza se encontraría bajo mando estadounidense ha generado suspicacias en países del Consejo de Seguridad como Francia, Alemania y Rusia, que ya han hecho públicas sus reservas.
Desde que Bush anunció el pasado 1 de mayo el final de la campaña militar en el país árabe han muerto 149 soldados estadounidenses, de los cuales cerca de setenta han caído por incidentes de fuego enemigo mientras la escalada de atentados multiplica los interrogantes sobre la situación de la seguridad.
En la campaña militar comenzada el 19 de marzo murieron un total de 137 soldados estadounidenses.
El Gobierno de Bush no ha querido hasta el momento precisar cuánto tiempo permanecerán desplegados en Irak los 140.000 soldados estadounidenses ni cuál será el coste de la reconstrucción.
El mantenimiento de las tropas en Irak le cuesta a EEUU cerca de mil millones de dólares semanales y la Administración se plantea acudir al Congreso para solicitar una partida extraordinaria de entre 60.000 y 70.000 millones de dólares que permita hacer frente a los gastos de reconstrucción.
Washington tampoco ha querido hacer precisiones acerca de la falta de resultados en la búsqueda de armas de destrucción masiva, cuya supuesta presencia en Irak fue el principal argumento para ir a la guerra.
La situación ha causado un aluvión de críticas, multiplicadas esta semana con el comienzo no oficial de la carrera en el seno del Partido Demócrata para designar al candidato que se enfrentará a Bush en las elecciones del año próximo.
En un debate celebrado en Albuquerque, en el estado de Nuevo México, los aspirantes a la candidatura demócrata acusaron a Bush de poner en peligro las vidas de los soldados estadounidenses y de crear divisiones con los países aliados.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, manifestó que "el presidente cree que este es un buen momento para hablar al pueblo de EEUU sobre los progresos logrados en nuestra guerra contra el terrorismo y la necesidad de seguir avanzando".
En una visita por sorpresa esta semana a Irak, el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld -quien hasta ahora había sido uno de los principales opositores a una fuerza multilateral bajo bandera de la ONU- destacó los "logros" obtenidos por la operación y aseguró que los recientes problemas son sólo reveses temporales.
Una encuesta que publica hoy el periódico "The Washington Post" revela que el 69 por ciento de los estadounidenses cree que el ex presidente iraquí Sadam Husein estuvo implicado personalmente en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Esa idea se extiende entre los estadounidenses con independencia de su ideología y el convencimiento es similar tanto entre los votantes demócratas como los republicanos.