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Manuel Martín Oar, de Nápoles al infierno iraquí

Era la mano derecha del embajador para Irak, Miguel Benzo

El capitán de navío, Marín Oar, muerto hoy a consecuencia de las heridas recibidas en el atentado contra la ONU en Bagdad, era natural de Madrid, tenía 56 años y cuatro hijos.

Manuel Martín Oar ingresó en la Armada en 1967 y al poco tiempo de su incorporación estuvo destinado un portaaviones.

Era un experto en misiones de paz. Estuvo destinado en el servicio de planeamiento de misiones de paz de Naciones Unidas en Nueva york aunque de lo que realmente guardaba buen recuerdo, como él mismo comentaba hace tan sólo dos meses en Bagdad, era de su misión en Guatemala.

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Martín Oar desarrollaba tareas civiles como segundo del embajador español ante la autoridad provisional de la coalición. Se encontraba en la misión militar de mantenimiento de la paz que el Gobierno aprobó para operar en Irak.

En concreto, trabajaba en el área de relaciones de la CPA (Coalition Provisional Authority) con Naciones Unidas, junto al embajador Benzo en misión especial, tal y como el ministro Trillo definió su actuación ante el Congreso de los Diputados.

Manuel Martín Oar era un hombre amable, tranquilo y amigo personal desde hacía muchos años de la familia de Miguel Benzo, interlocutor español entre la ORHA (las siglas en inglés de la oficina para la reconstrucción y ayuda humanitaria) y la ONU.

Habían coincidido trabajando en Nápoles. El capitán de navío era el agregado militar de la embajada española en Nápoles y Benzo era el embajador.

Esa amistad, precisamente le llevó al capitan de navío a aceptar el reto de Irak. LLegó a mediados de mayo junto a Benzo escoltado por militares que estaban instalados en Um Qasar y desde el primer día se percató de que la misión le daba al menos respeto.

"En varias comidas que tuvimos con él, nos confirmó ese temor ya que confesó no conocer ni el mundo, ni la cultura árabe y sabía que en ese tipo de misiones conocer estos detalles eran fundamentales", informa Ana Terradillos, enviada especial de la SER en Bagdad.

Su vida diaria en Bagdad transcurría en el edificio de la ONU asistiendo a las reuniones que la ORHA empezaba a organizar.

No hacía muchas declaraciones, dejaba que fuese Benzo el que tomase la voz protagonista a pesar de que era experto en misiones de paz, especialmente en centroamérica.

 
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