La OTAN asume el mando del despliegue internacional en Kabul
La inseguridad sigue siendo el mayor problema en gran parte de Afganistán
Kabul
Esta es la primera misión que realiza la OTAN fuera de Europa en sus 54 años de historia y pretende acabar con la precariedad que supone el actual mando rotatorio, que cambia cada seis meses.
La OTAN asumió oficialmente hoy el mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán, encargada, bajo mandato de la ONU, de la seguridad en Kabul y sus alrededores.
La ceremonia de traspaso de poderes entre el actual mando germano-holandés y el mando aliado se celebró en Kabul, en presencia del presidente afgano, Hamid Karzai y el ministro alemán de Defensa, Peter Struck.
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La ISAF cuenta con unos 4.600 militares de 30 países, 15 de ellos de la OTAN y ha estado comandada, desde su creación en diciembre de 2001, por Reino Unido, Turquía y Alemania y Países Bajos (estos dos conjuntamente).
Se espera también que relance el debate sobre la posibilidad de extender la misión de la ISAF fuera de Kabul, una deseo que han expresado el Gobierno afgano, representantes de la ONU y algunos militares, debido a la inseguridad que reina en el conjunto del país.
Veintiún meses después de la caída del régimen talibán, la inseguridad sigue siendo la tónica general en la mayor parte de las provincias afganas, donde una fuerza internacional de 12.000 hombres (8.500 estadounidenses) sigue combatiendo a elementos talibán y de otras formaciones antigubernamentales.