Sociedad

ETA ha atentado siete veces contra aeropuertos españoles

El de Barajas, el más castigado

El coche bomba que estalló este domingo en el aeropuerto de Parayas en Santander es el séptimo atentado que ETA comete contra aeropuertos españoles. Hacía dos años -desde julio y agosto de 2001, que atentó en los de Málaga y Barajas (Madrid) respectivamente- que no actuaba contra estos intereses.

De los siete atentados perpetrados por ETA en aeropuertos, tres tuvieron como objetivo el de Barajas, y el resto se cometieron en Reus (Tarragona), Alicante, Málaga y Santander.

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Barajas también es el único aeródromo donde se ha producido una víctima mortal por los atentados (en 1979), mientras que el ataque contra el aeropuerto de Reus (1996) se saldó con treinta y cinco personas heridas, cuatro de ellas de gravedad.

La última vez que ETA atacó un aeropuerto fue el 27 de agosto de 2001, cuando la explosión de un coche bomba cargado con entre 40 y 50 kilos de explosivos en el aparcamiento de la terminal número 2 de Barajas produjo daños por más de cuatrocientos millones de pesetas y causó destrozos en más de ciento cincuenta automóviles, una treintena de los cuales quedaron totalmente calcinados.

Un mes antes, el 26 de julio, los artificieros de la policía desactivaron otro vehículo cargado con más de 50 kilos de explosivos en el aparcamiento de la terminal de salidas del aeropuerto de Málaga, artefacto de cuya colocación también había sido alertada la policía, pero que no explotó a la hora prevista por los terroristas.

El 6 de enero de 1997 ETA lanzó cinco granadas desde las proximidades del aeropuerto de Barajas, aunque dos no estallaron y ninguna alcanzó las instalaciones del aeródromo madrileño. Dos de las granadas explotaron en un descampado y la otra causó algunos destrozos en un camión estacionado en la N-II.

Unos meses antes, el 20 de julio de 1996, treinta y cinco personas resultaron heridas, cuatro de ellas graves, por la explosión de una bomba escondida en una papelera de la sala de pasajeros de la zona civil del aeropuerto de Reus (Tarragona). En esta ocasión, los terroristas avisaron de su colocación sólo cinco minutos antes de que estallara.

El 29 de julio de 1995 unas empleadas del servicio de limpieza hallaron en el aeropuerto alicantino de El Altet un artefacto explosivo que posteriormente fue desactivado y explosionado de forma controlada por artificieros de la Guardia Civil.

El 29 de julio de 1979 una bomba colocada en una maleta que había sido depositada en la consigna de las salidas nacionales de Barajas causó la muerte del civil José Manuel Amaya Pérez, y heridas a otras siete personas. Ese mismo día ETA colocó bombas en las estaciones de ferrocarril de Atocha y Chamartín de Madrid que provocaron la muerte de seis personas y un centenar de heridos.

 
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