El PP impide que Aznar comparezca en el Congreso para explicar el envío de tropas a Irak

El PP ha tumbado en el Congreso todas las peticiones de la oposición para que Aznar comparezca en la Cámara y explique la decisión de mandar 1.300 soldados más a Irak. En la Diputación Permanente el PP también ha bloqueado la posibilidad de abrir una comisión de investigación y la investigación sobre la muerte del cámara de Telecinco José Couso.

La Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, máximo órgano de la Cámara Baja en periodo de vacaciones parlamentarias, ha rechazado esta mañana las peticiones del PSOE, Izquierda Unida y el Grupo Mixto para que el presidente del Gobierno, José María Aznar, informe en pleno del envío de tropas a Irak.

Los votos de PP y Coalición Canaria echaron abajo todas las propuestas con las que estos grupos reclamaban información relacionada con el conflicto de Iraq, que sí obtuvieron el respaldo de CiU y el PNV.

El Congreso tampoco celebrará en vacaciones una sesión de la Comisión de Secretos Oficiales para que el director del CNI, Jorge Dezcallar, aporte los informes o documentos de los que dispone sobre la tenencia de armas de destrucción masiva por parte del régimen iraquí, ni se debatirá la petición de investigar la muerte del periodista José Couso.

El portavoz del PSOE, Jesús Caldera, aseguró que el envío de tropas a Irak es una decisión de política exterior "que no compartimos", porque no la exige ninguna resolución de Naciones Unidas ni está avalada por la Unión Europea, sino que es decisión de la "coalición ocupante", tomada unilateralmente por el Gobierno sin contar con el Parlamento.

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"La guerra no ha acabado, la resistencia iraquí cada vez está mejor organizada", y las tropas allí destinadas "se enfrentan a una situación de guerra de guerrillas", en la que "los riesgos son inmensos" y no corresponde a misiones humanitarias ni de mantenimiento de la paz, dijo.

"Esta misión no es aconsejable, supone una ruptura con la política exterior española sin precedentes", prosiguió, pero ya que esta decisión "errónea" es "irrevocable", las Fuerzas Armadas españolas "tendrán todo el apoyo del PSOE", por lo que exigió al Gobierno que "disponga todos los medios necesarios para aminorar en lo posible los riesgos de esta misión".

En cuanto a las armas de destrucción masiva, Caldera insistió en que se han "falseado" las razones y "ahora no aparecen las armas, que como decía la ministra de Exteriores no pueden haberse vaciado por el fregadero". Recordó que en los países donde se ha apoyado la guerra "los gobiernos se enfrentan a investigaciones parlamentarias" y a una "fortísima crítica de los ciudadanos", mientras que "aquí nadie se da por enterado".

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar LLamazares, advirtió de que las tropas "se van a jugar la vida" en una misión que queda "muy lejos" de la "visión idílica" de la posguerra, según la cual las fuerzas españolas iban a ser acogidas "con miel y flores". No son, dijo, "cascos azules ni hermanitas de la caridad", y el mismo nombre, "Plus Ultra", "podría ser una evocación de los tiempos imperiales de conquista".

A su juicio, los soldados españoles "han sido enrolados" al servicio de Estados Unidos, "al margen del derecho internacional y de la Constitución". Por ello, añadió que el Gobierno deberá "asumir sus responsabilidades como fuerza ocupante al servicio de Estados Unidos y de Gran Bretaña", todo ello con la excusa de la resolución de Naciones Unidas, en la que, según Llamazares, no hay nada que justifique ni ampare la ocupación militar de Irak.

Denunció que Aznar se ha convertido en "intérprete de Naciones Unidas, intérprete con acento tejano, pero mal intérprete", y se ha dejado aclamar en Estados Unidos por su apoyo a la guerra, pero advirtió de que "quizá sea el único país donde le aclaman por sus acciones bélicas", porque en España "le abuchean".

Llamazares pidió también que el Gobierno hable de sus "operaciones de intoxicación" y de los informes "falsos" en los que fundamentó las pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Los portavoces de Exteriores del PP y Coalición Canaria, Gustavo de Arístegui y Luis Mardones, se quedaron solos en el rechazo a estas peticiones de celebración de un pleno extraordinario para acoger la comparecencia de Aznar.

RECONSTRUCCIÓN DE IRAK

Arístegui explicó que, si bien la resolución de Naciones Unidas "no obliga a nadie" a enviar tropas, "tampoco obliga a nadie a no ir", y aseguró que la participación española tiene como fin la "indispensable reconstrucción de Irak no en el sentido material", sino en la creación de un Estado "democrático". Además, minimizó el riesgo para las tropas, que van a una zona donde se registran pocos incidentes.

Argumentó que el conflicto pretendía evitar la reacción de otros países de la región si no se demostraba que Irak no se había desarmado, y las inspecciones de Naciones Unidas "encontraron cosas, se destruyeron armas, pero no eran especialmente eficaces" hasta 1995, cuando "aparecieron todas aquellas que muchos decían que no existían. ?No estaremos ante un caso similar?".

Agregó que Sadam Husein puso en peligro a los inspectores, que fueron en 1998 "ignominiosamente expulsados". El diputado popular insistió en que entonces había evidencias de que quedaban armas. Se mostró convencido de que Husein "jamás iba a desarmarse voluntariamente", porque si renunciaba a sus armas, "su población jamás aceptaría someterse a un tirano".

Arístegui reiteró que "eso es lo que ocurrió", en eso se basó la postura del Gobierno español, en el contenido de la resolución 1441, por lo que la polémica de otros países no puede trasladarse al nuestro. "Nos hemos fundamentado en informaciones de prensa y en las convicciones de toda la comunidad internacional tenía", aseguró, y "no hemos faltado a la verdad", pese al intento de la oposición de "acosar y acusar".