El boro, clave para una floración uniforme del almendro
El taladro amenaza la producción de alcachofa y obliga a extremar la vigilancia en los cultivos

La Rioja
Los almendros ya comienzan a florecer en la región, un fenómeno que varía cada año en función del clima y la variedad de los árboles. La acumulación de frío en invierno es fundamental para que el proceso se desarrolle correctamente, aunque la subida de temperaturas también puede adelantar la floración. Sin embargo, el sector agrícola permanece alerta ante posibles heladas tardías que podrían afectar a la producción. “Allí donde miramos ya vemos almendros en flor, pero cada variedad tiene su propio ciclo y depende mucho del clima de cada año”, explica Allende Martínez, responsable del espacio semanal A pie de Campo. “Lo importante es que el árbol haya acumulado suficientes horas de frío para romper la dormancia y que la floración sea uniforme”, añade.
Boro y aminoácidos
Más allá de la meteorología, la nutrición del almendro juega un papel clave en su desarrollo. “El boro es esencial para la viabilidad del polen y el desarrollo del tubo polínico. Su aplicación en otoño y antes de la floración mejora la fecundación y, en consecuencia, la cosecha”, detalla Martínez. También el uso de aminoácidos y extractos de algas puede ayudar a reducir el estrés climático del árbol y favorecer una floración más equilibrada.
Taladro en la alcachofa
Mientras tanto, la estación de avisos del INTIA ha alertado sobre la presencia del taladro en los cultivos de alcachofa, una de las plagas más dañinas para esta planta. “Se trata de un lepidóptero de color gris o dorado que reduce el periodo de vida útil de la alcachofa y dificulta la brotación de las estacas afectadas”, señala Martínez. Para frenar su impacto, recomienda realizar tratamientos específicos y vigilar la posible aparición de pulgones, otra amenaza frecuente en esta época del año.
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