La Rioja prepara la temporada de la hortaliza con la llegada del frío a las puertas del invierno
El otoño, marcado por temperaturas más altas de lo habitual, ha adelantado la recolecta de la coliflor o el brócoli
A pie de campo (16/12/2024)
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La Rioja
En La Rioja, las hortalizas de invierno juegan un papel importante en la agricultura, especialmente en el valle del Ebro, donde el clima templado-frío y los suelos fértiles favorecen el desarrollo de diversos cultivos. Sin embargo, el clima cálido de este otoño ha alterado los ciclos tradicionales de producción de hortalizas clave como la coliflor, el brócoli y el cardo.
Coliflor y brócoli
La coliflor de Calahorra, amparada desde 2003 por la Indicación Geográfica Protegida (IGP), es uno de los productos más destacados. Se cultiva en localidades como Aguilar del Río Alhama, Arnedo y Alfaro, entre otras. "Es un ejemplo claro de cómo el cambio climático está alterando los tiempos de cosecha", comenta Allende Martínez, ingeniera técnica agrícola y responsable del espacio semanal A pie de campo. "Este año, hemos visto cómo muchos agricultores recogían coliflores un mes antes de lo habitual debido a las altas temperaturas, lo que muestra un desajuste en los calendarios tradicionales", explica.
También ocurre con el brócoli, otro de los cultivos que toleran las bajas temperaturas y que en los últimos años en nuestra zona ha crecido por la alta demanda para procesado y fresco.
Aceleración de ciclos
Señala Martínez que, "las temperaturas inusualmente cálidas en los últimos meses han generado una aceleración de los ciclos de desarrollo de cultivos generando desajustes en los calendarios tradicionales. Sin olvidarnos que además estas fluctuaciones de temperatura a las que no estamos acostumbrados y los cultivos tampoco generan que sean mucho más susceptibles a plagas y enfermedades". Martínez explica que esta imprevisibilidad climática "nos lleva a tener que adaptarnos constantemente puesto que el resultado muchas veces por desgracia es la pérdida de cosechas. Las fluctuaciones de temperatura y la intensificación de eventos climáticos extremos como tormentas heladas tardías etcétera afectan también a la biodiversidad. Los ecosistemas agrícolas se pueden ver alterados y los suelos también si no se manejan de una manera adecuada".
Asegura que ebn las zonas donde las lluvias han sido intensas, "el suelo ha erosionado y se ha reducido la capacidad de retención de agua como de nutrientes", algo que "impacta a largo plazo en la producción agrícola", apunta. Martínez insiste en la necesidad de que los agricultores se adapten a los cambios.
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