Los pueblos de La Rioja vuelven a la normalidad tras un multitudinario verano

Logroño

Dejamos atrás unos meses en los que los pueblos de La Rioja se han llenado de vida por el regreso, aunque sea temporal, de antiguos vecinos, por las visitas turísticas o por la asistencia a citas culturales o festivas.

Pero, termina el verano y toca afrontar estaciones en las que el escenario cambia radicalmente. Y pensamos, por ejemplo, en municipios como Torrecilla en Cameros, repleto durante estos meses pasados, o El Rasillo, que ha contado con ese gran motor que es el Club Náutico. Y también en servicios que se han visto, en unos casos desbordados, como los centros de salud, o en otros beneficiados, como determinados negocios que han hecho su particular agosto.

Pueblos llenos en verano

Entre esos pueblos que ven crecer exponencialmente su población, el alcalde de Torrecilla en Cameros, Sergio García, recuerda que aún quedan las fiestas del municipio, que comenzarán el día 11, pero este mes de setiembre “supone un ajuste brutal en cuanto a población. Y la sensación es de normalidad, el municipio cambia, los meses de verano han sido una bendición, pero vuelve esa normalidad, la vida continúa. Estamos acostumbrados y lo que toca ahora es seguir desarrollando una labor de promoción del pueblo con la organización de actividades que atraigan visitantes durante el resto del año”.

Una estrategia muy similar a la seguida por El Rasillo, un municipio para el que, sobre todo, el Club Náutico atrae a miles y miles de personas durante los meses de verano. El alcalde, Rubén Martínez, explica que “la vuelta a la normalidad no significa que dejemos de hacer cositas para que la gente venga, se lo siga pasando bien y consigamos darle un empujón a nuestro potencial turístico”.

Luces y sombras del verano

El final del verano obra también un efecto contrario en determinados servicios que durante los últimos meses se han visto saturados. Es el caso del consultorio médico de Ezcaray, uno de los municipios más turísticos de La Rioja. Ana Isabel Bas, médica de familia en ese consistorio, reconoce que “han sido meses muy duros, agotadores, en los que la población y los usuarios del centro han crecido de forma muy importante. Además, en el día a día tenemos a los pacientes más o menos controlados, son todos conocidos, pero en verano son usuarios nuevos y todo se complica más a la hora de acceder a historiales médicos, de farmacia...”.

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Todo lo contrario le ocurre a Carmen, propietaria de un establecimiento de alimentación en Enciso, “estos meses de verano representan para el negocio una fuente fundamental de ingresos, sobre todo durante las fiestas o actividades puntuales. Ahora baja mucho la demanda, pero este balón de oxígeno permite afrontar con más tranquilidad lo que resta de año”.

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