Un precedente para la esperanza blanquirroja

La Rioja

Sergio Rodríguez es el técnico por excelencia de la UD Logroñés. Porque ha dirigido al club blanquirrojo en 171 ocasiones (78-48-45), porque ha sido partícipe de la época dorada de la institución y porque siente como pocos el escudo que luce en el pecho. El técnico logroñés ha dirigido esta mañana su primera sesión de entrenamiento en el Mundial '82 con la mente puesta en la visita de Osasuna Promesas a Las Gaunas del sábado a las 17:00. Un partido que cualquier aficionado blanquirrojo sueña con que sea por fin el punto de inflexión que la plantilla necesita.

Un cambio de chip en forma de victoria que la UD Logroñés lleva buscando desde el pasado 23 de octubre, fecha del último triunfo blanquirrojo. Para conseguirlo, la entidad ha apostado por un nuevo cambio en el banquillo después de que Natxo González haya sido incapaz de ganar un partido como entrenador del equipo riojano. En trece encuentros ligueros, si contamos el partido de Sabadell, el vitoriano cosechó siete empates y seis derrotas pero ni una sola victoria. De entrada, las sensaciones de la UD Logroñés de Natxo González mejoraron las prestaciones del equipo que dirigía Albert Aguilá pero los resultados no acompañaron en ningún momento.

Ahora, Sergio Rodríguez coge a un equipo que está a ocho puntos de la permanencia y cuya situación tiene más de un paralelismo con aquella UD Logroñés de la temporada 2016/2017. Tres años y medio después de colgar las botas, Sergio Rodríguez se hizo cargo del banquillo de la UD Logroñés de forma momentánea durante dos jornadas. El técnico riojano dirigió al equipo en el Real Madrid Castilla 0-4 UD Logroñés y en el UD Logroñés 0-0 Real Sociedad B. Tras la salida de Rafael Berges, a Rodríguez le tocó ponerse de nuevo el chándal para entrenar al equipo hasta final de temporada.

En ese tramo de calendario, la UD Logroñés de Sergio Rodríguez ganó siete encuentros y perdió solo uno, ante el Amorebieta por 1-0. Con diecinueve goles a favor y solo tres en contra en esos ocho partidos, la UD Logroñés finalizó la temporada en sexta posición, a cinco puntos del playoff. Un precedente que invita a soñar con el despertar de un equipo que está al borde del precipicio y que Sergio Rodríguez tratará de salvar del descenso.