Solidaridad y ayuda a raudales: Los comedores sociales en La Rioja

Rioja Baja

Con la subida de precios o el alto coste de la energía, hoy hemos querido saber cómo es el día a día de las personas más vulnerables, los que no tienen ni para comer. En Logroño hay una entidad referente que es Cocina Económica. Tiene un comedor con capacidad para 120 personas y también reparten comida en táper para aquellas familias que tienen menores a su cargo. En estos momentos, según su gerente, Javier Porres. se están repartiendo 130 servicios de comida. Además, Porres ha señalado que en septiembre se ha notado un incremento de personas que se acercan a esta entidad social y que también se están viendo nuevas caras, principalmente, mujeres y gente más joven.

Comedor social en Calahorra

Y en La Rioja Baja, el comedor social de Calahorra, mantiene su demanda a pesar del contexto actual. Así lo ha explicado el portavoz del equipo de gobierno municipal, Esteban Martínez, en los micrófonos de Radio Calahorra. "Durante el mes de septiembre el número de usuarios fueron 49. Esto implica un aumento en el número de la demanda del servicio sin embargo, no hemos identificado, que ese aumento se corresponda a un mayor número de personas en riesgo de pobreza". Y es que el comedor calagurritano, va más allá que un comedor social al uso. "Hay dos tipos de usuarios. Los presenciales que suelen corresponderse con personas que, por sus bajas rentas, necesiten un plato caliente de comida y los usuarios, que por algún motivo, valorado desde el área de Servicios Sociales, precisen el servicio". Generalmente, explica Martínez, estos segundos, suelen ser personas mayores de 65 años o con discapacidad. En cuanto al número de personas en riesgo de vulnerabilidad, Martínez señala que mensualmente, suelen acudir entre 4 y 8 usuarios. "El número varía pero no hemos notado un incremento a pesar de las consecuencias económicas que está generando la guerra en Ucrania".

Iniciativas privadas dignas de admirar en Arnedo

En Arnedo, a falta de comedor social, Javier Martínez, propietario de un restaurante en la localidad, sirve menús a personas transeúntes. "Todo surgió en plena pandemia, cuando la hostelería estaba tan castigada", explica. "Todo era negativo y pensé que había gente que lo estaba pasando peor. Entonces me dirigí a Cáritas Arnedo y me ofrecí para ayudar y dar comidas a quien lo necesitase. Lo hice también por mi salud mental". Desde entonces, Javier ha ofrecido cerca de una treintena de menús, costeados de su propio bolsillo.

Asegura este hostelero arnedano que seguirá haciéndolo siempre y cuando Cáritas y Cruz Roja precisen de sus servicios. "Es muy gratificante ver cómo la gente te lo agradece por la calle".