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Entrenados para localizar cebos envenados

Maverick y Uro son dos perros especializados en buscar animales muertos por la ingesta de veneno y cebos envenenados

La Guardia Civil en La Rioja está intensificando los controles en la búsqueda de cebos envenenados. Son actuaciones de carácter preventivo en el ámbito rural que tienen como objetivo localizar cebos envenenados que pueden llegar a provocar la muerte de aves y mamíferos catalogados con distintos grados de protección o en peligro de extinción.

El SEPRONA y Agentes Forestales de la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica de La Rioja han inspeccionado durante este mes de julio un total de 176 hectáreas en los términos municipales de Viniegra de Arriba y Abajo, Mansilla y Canales de la Sierra, Villoslada de Cameros y Lumbreras. Afortunadamente no se han hallado venenos pero está prevista la realización de más rastreos en otros puntos de esta Comunidad Autónoma.

Para llevar a cabo este cometido, el SEPRONA y los agentes forestales han contado con el apoyo de Maverick, un pastor alemán de línea de trabajo de dos años y medio, y Uro, un pastor belga malinois de dos años. Ambos pertenecen al servicio cinológico de la Guardia Civil con base en la localidad madrileña de El Pardo, que han sido entrenados exclusivamente para localizar los diferentes tipos de sustancias tóxicas que son utilizadas para aplicar a carnes y otros alimentos, convirtiéndolos en cebos envenenados.

La Guardia Civil intensifica los controles en la búsqueda de cebos envenenados

La Guardia Civil intensifica los controles en la búsqueda de cebos envenenados / Guardia Civil

La Guardia Civil intensifica los controles en la búsqueda de cebos envenenados

La Guardia Civil intensifica los controles en la búsqueda de cebos envenenados / Guardia Civil

Cebos envenenados

Desde el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en La Rioja se informa a los ciudadanos de que la utilización de cebos envenenados para el control ilegal de especies, para la caza furtiva o para la eliminación de predadores, está recogida como delito en el Código Penal (Delito Contra la Flora y la Fauna); estableciéndose penas que pueden llegar a dos años de prisión e inhabilitación especial para cazar, hasta tres años; penas que pueden verse agravadas con pena superior en grado si el daño producido es de notoria importancia o afecta a espacios naturales protegidos.

 
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