Afganistán: la huida continúa

Mientras el régimen talibán sigue ampliando su expansión en Afganistán, se acumulan las peticiones de ciudadanos para salir del país en la mesa de organizaciones como 14 Lawyers. Su director, el abogado Ignacio Rodríguez, asegura que lo que en verano fueron un centenar de peticiones son ahora más de dos mil.

En 14 Lawyers ayudan a abogados, fiscales, jueces, activistas, periodistas y defensores de derechos humanos con los trámites para evacuar el país. Hasta ahora han asistido a entre 300 y 500 personas. “Somos una muy pequeña organización, con unos recursos muy justos, y esta situación nos ha superado por completo”, reconoce.

Las juristas que han llevado procesos de mujeres como los divorcios son algunas de las que se encuentran ahora en una situación más delicada. Rodríguez explica que cuando su ONG acudió a Afganistán en 2017 para conocer estos procesos, vieron que “el divorcio allí era entendido como una afrenta”, incluso para la familia de la mujer.

Pero estas juristas también defendían a mujeres víctimas de violencia doméstica o llevaron casos de anulación de matrimonios de menores. “Estas mujeres tocaban aspectos muy sensibles para las doctrinas más radicales del islamismo, que son las que defienden los talibanes, y hoy en día son vistas como el enemigo”, asegura el abogado. “Además, muchas mujeres juezas, fiscales y abogadas, han llevado asuntos penales contra talibanes, contra el crimen organizado que tiene y ha tenido un fuerte asentamiento en Afganistán en estos años y también con contra grupos terroristas”.

Aquellos delincuentes que encarcelaron fueron liberados con la llegada de los talibanes del poder, y muchos de ellos “están ajustando cuentas con las abogadas, juezas y fiscales que han participado en estos procesos”.

Solo una minoría de ellas han logrado escapar del país. De las cerca de 700 fiscales que había en Afganistán, 14 Lawyers ha logrado sacar a una treintena con sus familias. La mayoría “están en Afganistán, escondidas, sin salir fuera de sus casas porque las han ido a buscar”, cuenta Ignacio Rodríguez. Otras que han logrado salir a países cercanos “están en una situación de mucha precariedad” en pleno invierno e inmersos en un lento proceso para obtener un visado de protección internacional.

La falta de embajadas en Afganistán y la complejidad de los trámites haca casi imposible seguir sacando afganos en peligro del país.