Apoyar a los jóvenes
Algunos se ríen de estas medidas. Otros votan en contra. Será que ignoran a los más vulnerables, y vulnerados. Será que no les interesa el futuro. Ni sus protagonistas

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Barcelona
Ser joven es duro. Ser joven durante la recesión pandémica, aún es más duro. Cáritas calcula que más del 15% de los menores de 35 años están hoy en la cuneta, un tercio más que antes del virus. Forman parte del grupo de quienes han caído en la exclusión social grave. Pero al mismo tiempo, es mejor ser joven hoy que cuando sucedieron otras crisis. El Gobierno ha aprobado hoy un paliativo: el bono joven de alquiler. Una subvención de hasta 250 euros –ampliables- para financiar el alquiler de una habitación. Esta ayuda precede a otro paliativo importante: un bono cultural de 400 euros a partir de los 18 años, de inminente aprobación. Los paliativos funcionan. Bienvenidas. Pero no son la panacea mágica: suavizan problemas. No resuelven el problema. Hay que apoyar más a los jóvenes a encontrar empleo, especialización o mayor formación. En este ámbito ya funciona la Garantía Juvenil, cuyos recursos, aportados por la Unión Europea, se quedaron a medio gastar durante muchos años. Hay dos nuevas leyes en marcha. Son prometedoras, porque suponen ayudar a pescar más que regalar pescado. La de start-ups o empresas emergentes, generalmente, pero no solo tecnológicas: para quienes tengan vocación empresarial. Y la de formación profesional: dual, con aprendizaje en las escuelas y en los talleres empresariales. Para quienes opten por desarrollar un oficio. Algunos se ríen de estas medidas. Otros votan en contra. Será que ignoran a los más vulnerables, y vulnerados. Será que no les interesa el futuro. Ni sus protagonistas.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...