'La historia de mi mujer', un gran melodrama sobre la decadencia del patriarcado

Madrid

Las historias de amor también necesitan nuevas perspectivas. Lo dejó patente Jane Campion, una de las directoras más importantes de las últimas décadas y al otro lado del charco, en un pequeño país europeo, lo emula la veterana directora húngara Ildikó Enyedi. Su carrera, como la de Campion, ha sido intermitente. Una mujer que cambia radicalmente el punto de vista masculino y femenino tenía difícil escalar en la industria. Ahora las cosas parecen ser distintas. Ambas han estrenado película, que pone patas arriba la masculinidad hegemónica.

En el caso de Enyedi es en ‘La historia de mi mujer’, un drama amoroso en el que adapta la novela de Milán Füst, es un autor atípico en la literatura húngara y mundial. “Cuando nació mi hijo, algo de empatía se abrió en mí porque entendí cómo sufren y cómo son de vulnerables los hombres en la sociedad actual. Tienen muchos cambios a los que hacer frente pero nunca sacan eso a la superficie, ahí entendí a mi marido, hay muchos cambios necesarios que tenemos que hacer y podemos hacerlo juntos a esos hombres maravillosos que quieren aunque les cueste”, explicaba la directora en el pasado Festival de Cannes.

Como hizo la directora en su anterior trabajo, ‘En cuerpo y alma’, película ganadora del Oso de Oro en Berlín en 2017, la historia de amor de los protagonistas sirve como espejo para todos los espectadores. ‘La historia de mi mujer’ es en realidad la historia del marido, un hombre honrado, buena persona, que ve como su mundo languidece. Es la muerte del patriarcado y no sabe cómo situarse en ese lugar. Ese hombre es un capitán de barco que se casa con una hermosa mujer, a la que deja en casa mientras él surca los mares.

“Él es una personaje muy trabajador que cree en las normas de la sociedad, en el control. El tema de la película es que encuentra a una mujer que es como su profesora, una compañera que le enseña una nueva manera de vivir, que le empuja a dejar su mundo confortable y lógico para adentrarse en el de ella. Ella es parisina, representa toda esa intensidad, es lista, guapa, tiene muchas capas y secretos, representa toda esa riqueza que tiene la vida”, añadía Enyedi.

Lejos de ser una damisela encerrada y penitente, la hermosa mujer vive la vida, disfruta de las noches, de las compañías de amigas y amigos y no echa de menos al marido. O sí, pero simplemente a su manera. No es un drama romántico del siglo XIX, es la constatación de que el amor se vive de diferentes maneras, de que el matrimonio genera monstruos.

Los celos, el amor, el miedo a la infidelidad, la importancia de la amistad o como recalca la autora, la necesidad de decidir cómo aprovechar nuestros días. De todo eso habla este melodrama con una ambientación exquisita. “Cuando decidimos el estilo, dijimos que todo tenía que estar dicho por la luz, así es cómo pensamos en iluminar diálogos y situaciones, sabíamos que corríamos un riesgo porque eso podía resultar demasiado obvio o no llegar al público, pero decidimos ir adelante y usar la luz para entrar en el universo de la película”.

La película fue cuestionada en sus primeros visionados en el Festival de Cannes por dejar al espectador desconcertado. Sin embargo, ese es uno de los logros de Enyedi, no decir qué son los celos, quién tiene razón, sino demostrar un mundo en decadencia. Una crónica del amor y el desamor que nos recuerda a veces a Stefan Zweig por su tono melancólico o de ‘La edad de la inocencia’ de Scorsese. ‘La historia de mi mujer’ se mueve entre la sensualidad y el realismo y cuenta con tres actores impecables: el húngaro Gijs Naber y los franceses Léa Seydoux y Louis Garrel. Todos ellos iluminados por el trabajo de Marcell Rév, director de fotografía de ‘Malcom & Marie’ o ‘Euphoria’. Dice la directora que su película es una invitación a los miembros caídos del patriarcado para que se sumen a las mujeres a construir algo conjunto, un nuevo modelo de vida satisfactorio, como el que busca esta pareja.