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Las actrices y directoras afganas siguen en peligro cuatro meses después de la llegada de los Talibán

Activistas españolas denuncian la dificultad de pedir asilo para estas mujeres cuyas vidas peligrán en Aftganístán

Las cineastas afganas Sahraa Karimi y Sarah Mani en el photocall de la edición número 78 del festival de Cine de Venecia. CLAUDIO ONORATI (EFE) / EFE

 Las cineastas afganas Sahraa Karimi y Sarah Mani en el photocall de la edición número 78 del festival de Cine de Venecia. CLAUDIO ONORATI (EFE)

Trabajar en Afganistán, ser cineasta, escritor, pintor, nunca fue fácil debido a la corrupción endémica que corroe todas sus estructuras estatales, pero los artistas perseveraban sin medios y a veces sin luz y con incontables exigencias burocráticas. Después de varias invasiones, la cinematografía afgana parecía levantar la cabeza, pero el 15 de agosto todo se truncó. Los Talibán tomaron el poder y millones de afganos y afganas trataron de huir al país. Muchas lo consiguieron, como la directora Sahraa Karim que no dudó en poner imágenes a esa huida.

Cuanta la cineasta que tuvo menos de una hora para hacer la maleta y salir corriendo hacia el aeropuerto para escapar, el resto de sus pertenencias más valiosas —cuadros, fotografías, muebles o cualquier recuerdo— se han quedado en su casa de Kabul. 

Otras mujeres pertenecientes a la industria cultural, la mayoría actrices, siguen todavía en su país escondidas o poniendo en riesgo sus vidas. "La mayoría de los cineastas de Kabul pudimos escapar, pero por ejemplo las actrices con las que he trabajado están allí aún. Pusimos su nombre y el de sus familias en los últimos vuelos, pero cuando tuvieron la oportunidad de llegar al aeropuerto hubo explosiones", decía Sahraa Karim en una entrevista durante el pasado Festival de Venecia, donde pidió ayuda al cine europeo.

Han pasado unos meses desde la toma del poder talibán y las cosas para las actrices y para muchas mujeres continúan siendo muy difíciles. Para ellas, la salida del país no es fácil, ya que es complejo que se admita el asilo para las actrices, ya que la mayoría de las veces no se condiera una profesión en riesgo.

Para empezar en el Derecho Internacional no existe un supuesto de persecución basado en el sexo para pedir asilo, sí por cuestiones de religión, raza o ideas políticas. En el caso de nuestro país, aunque la ley española de Asilo recoge la persecución por motivos de género como una de las causas, la norma no categoriza esta posible causa de solicitud de asilo al mismo nivel que la persecución por raza, religión, nacionalidad, grupo social u opiniones políticas. Según nos explica Noor Ammar Lamarty, fundadora de Women's Rights by Women's Fight.

"En el caso de Afganistán hay mucha documentación sobre la falta de derechos de las mujeres acumulada desde hace años por lo que ello no supone una traba. Sin embargo, resulta alarmantemente paradójico que exista la exigencia de tener que esperar a ver cómo matan, violan y despojan de sus derechos a mujeres en masa durante años y que ello se documente para poder considerar que otras ciudadanas de ese mismo país pueden solicitar asilo por ser mujer que estaba comprometida con su libertad y su emancipación, y por lo que ahora son perseguidas", explica la activista a la SER.

Desde la revista de Womenbywomen trabajan para la evacuación de las mujeres que siguen atrapadas y que no tienen un status alto como las fiscales o las juezas pero que también están en riesgo grave. Muchas de ellas han salido sin velo en televisión y son muy reconocidas. Al tratar de sacar a las actrices, las activistas se toparon con todo el embrollo legal que imposibilita demostrar que estas mujeres sufren persecución por el mero hecho de serlo.

La situación de las actrices es crítica. Muchas de ellas escondidas hasta que su situación mejore y sin poder trabajar. El pasado 22 de noviembre el gobierno Talibán ordenó la cancelación de los telefims y telenovelas afganas protagonizados por actrices femeninas. La normativa afgana lleva consigo una lista de ocho pautas religiosas, emitidas a los medios locales. Entre ellas el uso del hiyab. Esta fue la primera directiva del Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, organismo creado por los talibanes en septiembre, poco después de que el grupo militante islamista recuperara el poder en el país.

La norma, que prohíbe a las mujeres aparecer en cine y televisión, supone un golpe tremendo para el colectivo, que ya tuvo los medios vetados por los talibanes cuando tomaron el poder por primera vez, de 1996 a 2001. Las mujeres en las artes escénicas siempre se han enfrentado al estigma en el país, pero habían logrado avances significativos en los últimos años.

También se ha prohibido el contenido que muestre partes del cuerpo, de mujeres y hombres (por ejemplo, un torso desnudo), y los programas de comedia en los que se humille a personas. Leena Alam, una de las actrices más conocidas de Afganistán, ha explicado lo impensable de la situación: "¿Quién sabría mejor que yo lo peligroso que es ser actriz con los talibanes en el poder? No puedes infringirme una gota más de miedo del que ya tengo". Eso decía Alam, que actualmente reside en California, en un discurso para el Centro de Escritores de Los Ángeles.

Todos estos movimientos dan la razón a Noor Ammar Lamarty en cuanto solicita que la cuestión de género sea un requisito para la petición de asilo, para poder ayudar aquellas mujeres que ahora mismo se encuentran en Afganistán. El método al que se recurre en estos momentos es tratar de sacarlas por Pakistán, pero el peligro allí también existe, puesto que las mujeres refugiadas afganas permanecen mucho tiempo en penosas condiciones esperando la solicitud de asilo que se da con cuentagotas.

En España, las activistas han encontrado apoyo entre actrices españolas y cineastas. En enero organizarán un encuentro de mujeres para visibilizar la situación de sus compañeras afganas, así como varias proyecciones de documentales que muestran la terrible situación de estas mujeres, a la espera de que el Derecho Internacional las proteja.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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