Un león sin garras, pero con zarpas
Así que ahora, en tiempos de retorno de los nacionalismos agresivos, a Moscú le duelen las derrotas de la Guerra Fría
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Un león sin garras, pero con zarpas
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Madrid
Rusia es un león sin garras. Pero conserva las zarpas. Y la capacidad de pegar zarpazos. Las advertencias de EEUU y de la Unión Europea para que no invada Ucrania no son un mero juego. La continuada presión de Moscú sobre Ucrania es todo menos una broma. Seguramente no conducirá a una guerra, pero no puede excluirse. Y es muy probable que alcance un punto de enorme efervescencia. Muchos recuerdan ahora la Guerra Fría. Occidente salió victorioso en tres de sus grandes episodios. Mantuvo un Berlín libre pese a la construcción del muro en 1961. Ganó la guerra de los misiles en Cuba, cuando en 1962 Kennedy logró que Kruschev los retirase. Y salió vencedor de la caída del muro, con la absorción de los países bálticos y la ampliación de la OTAN. Pero, atención, el cuarto episodio lo ganó por goleada la semi-dictadura de Vladimir Putin. En 2014 invadió Crimea y se la anexionó por la cara. Operó entonces el poderoso trampolín de la nostalgia: había que recuperar su salida "natural", o sea, antigua, al Mar Negro. Y con ella, su mejor acceso al Mediterráneo. Quedó entonces pendiente la partida de Ucrania. Poca gente se acuerda de que este país fue en tiempos el granero y el patio trasero de Rusia.f. La pérdida del imperio soviético. El haber sido despedida como segunda superpotencia mundial. Cuidado con los leones sin garras, pero que conservan intactas las zarpas.
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...