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Ángel Martín: "La persona que soy ahora es infinitamente mejor al tipo que era antes de que sucediera todo"

El humorista se ha asomado a La Ventana para presentar su libro 'Por si las voces vuelven', en el que relata su experiencia con un brote psicótico y habla de la salud mental

Ángel Martin en La Ventana

Ángel Martin en La Ventana

Madrid

Ángel Martín no tiene problema en definirse como ‘exloco’. Volverse loco, dice, fue lo mejor que le ha pasado en la vida: “A mí este proceso de locura me ha obligado a ponerme delante de un espejo que de otra forma no me hubiera puesto”.

El periodista acaba de publicar ‘Por si las voces vuelven’, que antes de llegar a las librerías ya va por la tercera edición. Es un relato sobre su vida en 2017, cuando sufrió un brote psicótico por el que tuvo que ser ingresado en un hospital donde pasó 15 días. En el libro se dirige a todas aquellas personas que pueden estar pasando un mal momento por su salud mental, insiste en que es normal romperse, volverse loco y que de la locura se sale.

Martín se ha asomado a La Ventana para explicar cómo durante este episodio, lo más peligroso fue el poder que tenían las voces que escuchaba: “Hay un momento donde las voces cogen todo el poder de la cabeza sin que te des cuenta y pueden llegar a convertirte en una marioneta”.

La voz de alarma y el olor a café

En su caso, la voz de alarma la dio su pareja: “No soy alguien que se diera cuenta de que estaba viviendo al otro lado, sin que se da cuenta mi chica, la voz de alarma la da ella en el momento en el que yo publico una cosa en redes dándole la enhorabuena por el éxito que han tenido con la película de Wonder Woman”.

Su entorno, explica, pensó que se trataba de una broma interna con su pareja, pero ella supo entonces que algo no iba bien. Aun así, recuerda, este tipo de acciones podrían haber pasado desapercibidas porque, en ese momento, Martín consumía marihuana y alcohol casi a diario: “Muchas de esas cosas, yo no sé hasta qué punto el otro está pensando ‘pues hoy se le ha dio la mano con el ‘gin-tonic’ y está más idiota de lo normal’, entonces hace falta algo extremada mente salvaje y llamativo para que alguien de tu entorno diga ‘aquí pasa algo’”.

El detonante de ese ingreso en el hospital no fue ninguna conversación con su pareja, sino que “ella opta por llamar a la persona que en aquel entonces consideraba que yo le iba a hacer más caso”.

Su amigo simplemente le dijo ‘vámonos al hospital’, y Martín, a pesar de no entender el motivo, decidió acompañarle. Lo hizo, recuerda, porque olía a café.

“Dio la casualidad de que olía a café, entonces como en aquel momento para mí el olor a café era una señal de que me podía fiar de lo que estuviera pasando en este momento, pues pensé ‘si este tío que me dice que le acompañe al hospital y huele a café, pues me puedo fiar, le acompaño al hospital’”, relata.

Esta era una de las señales que interpretaba en ese momento. El periodista explica que estar loco es “terriblemente agotador, porque absolutamente todo lo que se cruza delante de ti tiene un significado”.

Empezar de cero

El proceso de recuperación fue muy duro, pero le ha cambiado la vida también para bien: “Me sucede algo que me rompe por completo la personalidad, llega un momento en el que sales del hospital donde no sabes quién eres, no sabes nada, estás vacío y eres incapaz de absolutamente cualquier cosa”.

“Hay un momento en el que decido que no tiene sentido tratar de seguir buscando quién era, tratar de seguir descubriendo por qué algunas de las cosas que me interesaban antes ya no me interesan, y decido que la única opción que tengo para salir de ahí es empezar realmente de cero, es decir empezar a reconstruirme por completo”, explica.

Tampoco este proceso fue fácil, y tuvo que enfrentarse a aspectos de su personalidad de los que no estaba orgulloso, pero asegura que “la persona que yo soy ahora es infinitamente mejor al tipo que era antes de que sucediera todo esto y es muchísimo mejor de lo que probablemente hubiera sido si no me llega a pasar esto pero esto solo lo he podido hacer, sólo soy consciente, porque me he tenido que reconstruir”.

Sobre si echa de menos las voces, confiesa que “a ratos sí”. “No es que eches de menos las voces, echas de menos cosas de ese mundo en el que has estado, pero es de cajón. A veces me preguntan ‘¿cómo puedes decir eso?’ y es como ‘porque vengo de un sitio en el que podía viajar en el tiempo. ¿Cómo no voy a echar de menos viajar en el tiempo?’”.

Viajar en el tiempo, asistir a un recital de Mozart o ser descendiente de dioses, pero también descubrir las buenas personas que tenía a su alrededor son algunas cosas que, narra en su libro, vivió como reales durante este episodio de su vida. Ángel Martín escribe de forma catártica en ‘Por si vuelven las voces’: “A partir de ahora no solo lo digo, sino que tengo la oportunidad de dejarlo por escrito y en mayúsculas: VOLVERME LOCO ES DE LO MEJOR QUE ME HA PASADO EN LA VIDA".

Paula García

Paula García

Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021. Previamente en la Agencia Efe en Madrid y Berlín, Alemania....

 
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